China.

Esta gran cápsula amarilla está casi lista para ser sumergida en el mar, en el este de China, en su interior irán servidores informáticos. Forma parte de un ambicioso proyecto tecnológico que busca resolver uno de los principales desafíos de la informática ante el auge de la inteligencia artificial: el sobrecalentamiento de los centros de datos.

Microsoft probó esta tecnología en la costa de Escocia en 2018, pero el proyecto chino, que se sumergirá a mediados de octubre, es uno de los primeros servicios comerciales de este tipo en el mundo. Estará dirigido a clientes como China Telecom y una empresa pública de computación con inteligencia artificial, como parte de una iniciativa gubernamental más amplia para reducir la huella de carbono de los centros de datos. 

“Creo que la principal ventaja de utilizar un centro de datos submarino es que no ocupa terreno, ofrece soluciones de refrigeración más sencillas y también puede satisfacer algunas necesidades específicas, como las de la industria de refinerías de petróleo en altamar”, comentó Shaolei Ren, profesor. 

En China, las subvenciones gubernamentales están ayudando. La empresa de equipos marítimos Highlander, que está desarrollando el grupo de servidores de Shanghái junto con empresas de propiedad estatal, recibió más de 5 millones y medio de dólares para un proyecto similar en 2022 en la provincia de Hainan, que aún está en marcha.

Construido en tierra en componentes separados antes de su instalación bajo el agua, el proyecto en el mar frente a Shanghái obtendrá casi toda su energía de parques eólicos marinos cercanos.

“Para nosotros, la ubicación ideal debería combinar tanto recurso eólico, concretamente la energía eólica marina, como una fuerte demanda por parte de los clientes. Ese sería el escenario óptimo. Sin embargo, la demanda de los clientes está en constante evolución y expansión. Actualmente, la demanda se concentra en zonas como Shanghái y Guangdong, así como en Hainan”, explicó Yang Ye, vicepresidente de la empresa Highlander. 

Según expertos, proyectos como este se centran actualmente en demostrar su viabilidad tecnológica.

“Los centros de datos submarinos son más bien un proyecto experimental, aún no se utilizan de forma generalizada. Algunas empresas están llevando a cabo este tipo de experimentos, pero otras han dejado de utilizar estos centros de datos submarinos”, comentó Ren.

El reto más evidente a la hora de ubicar la estructura será mantener su contenido seco y a salvo de la corrosión del agua salada. Además, investigadores de la Universidad de Florida y de la Universidad de Electrocomunicaciones de Japón han descubierto que los centros de datos submarinos pueden ser vulnerables a ataques que utilizan ondas sonoras conducidas a través del agua.

Aparte de los obstáculos técnicos, el efecto de calentamiento de los centros de datos submarinos en el agua circundante ha suscitado dudas sobre el impacto en los ecosistemas marinos.

Algunos expertos consideran que el calor emitido podría en algunos casos atraer a ciertas especies y ahuyentar a otras, pero aún hace falta investigar más al respecto.

Según Shaolei Ren, profesor asociado de la Universidad de California, las instalaciones marítimas pueden complementar a los centros de datos estándar, pero probablemente no vayan a sustituir a los centros de datos tradicionales existentes.