México.
La sustancia responsable de ese efecto picante en el chile es la capsaicina, que pertenece a la familia de las capsaicinoides, y que en el vegetal sirve como un mecanismo de defensa contra ataques de otras especies, pero que en el humano causa una sensación de picor. Las concentraciones de capsaicina son distintas según el tipo de chile, por lo que un chile habanero no pica igual que uno verde o un morrón.
Además de ocasionar esta sensación de picor, los capsaicinoides también son empleados como analgésicos para tratar el dolor, tienen propiedades anticancerígenas, antiinflamatorias y cardiovasculares.
En la empresa SciTherm, dirigida por el doctor Alejandro Torres Gavilán, ex alumno del Instituto de Biotecnología de la UNAM, han diseñado y sintetizado moléculas sintéticas muy similares a las capsaicinas, que no pican, pero que mantienen su efecto termogénico de quemar la grasa, lo que las convertiría en una alternativa para el tratamiento de la obesidad.
“Cuando uno come mucho chile empieza a sentir calor, que suda, eso es el efecto termogénico y se produce porque el cuerpo empieza a degradar grasas y esa degradación se convierte en calor, y por eso sentimos calor cuando consumimos picante”.
Interruptor molecular
El doctor Torres Gavilán lleva varios años trabajando con capsaicinoides y desde que estaba en la maestría desarrolló, en el laboratorio del doctor Agustín López del IBT, un proceso biotecnológico para poder producir capsaicinoides idénticos a los que están en las plantas de los chiles, pero sin tener que sembrar estos ni modificar sus células vegetales.
Algunos años después, en una colaboración con el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), crearon moléculas de capsaicinas que se parecen mucho a las naturales, pero que tampoco causan irritación ni acidez en el estómago, y además producen el mismo efecto termogénico al degradar las grasas contenidas en los adipocitos (células que almacenan la grasa).
“Demuestran que eso es posible con células adiposas de roedores y fue un parteaguas, pues dijimos vamos a buscar capsaicinoides que no estén en la naturaleza, pero que tengan esta propiedad termogénica que no piquen y que aumentemos la eficiencia de quemar grasa lo más que podamos”, explica el doctor Torres Gavilán.
De esta manera, el trabajo de investigación que realizaron les permitió identificar un interruptor molecular que activa la quema de grasa. Es decir, las moléculas de capsaicina se unen a un receptor, que funciona como un interruptor y que al prenderlo, se activa la degradación de los lípidos.
“Por eso decimos que funciona como un interruptor de la termogénesis, es un canal iónico que está presente casi en todas las células del cuerpo humano, pero nosotros queremos dirigirlo específicamente a depósitos de grasa y no a otras partes del cuerpo”.
Elegir la mejor molécula
Dado que la obesidad es un problema de salud pública, el trabajo de SciTherm está enfocado en el uso de análogos termogénicos de capsaicina para promover la quema efectiva de grasa, sin tener efectos secundarios. El doctor Torres Gavilán explica que con sus experimentos han logrado una reducción del 80 % de triglicéridos en las células adiposas.
Por el momento cuentan con varias moléculas candidatas y están en el proceso de seleccionar la que tenga mejores efectos termogénicos.
En esta parte del proyecto están trabajando con células adiposas, les colocan las moléculas de capsaicina sintéticas que son candidatas, con el fin de inducir la degradación de lípidos, y han observado que entre más lípidos se degraden, más eficiente es la molécula.
“Es una tecnología que tiene un impacto en la salud y que puede ser aplicada a todo el mundo. Primeramente necesitamos encontrar de todas las moléculas que tenemos: ¿cuál es la más eficiente en términos de degradación de lípidos?, ¿cuál es la menos picosa o la menos irritante?, ¿cuál es la más segura para el organismo? y ¿cuál es la que no tiene complicaciones o efectos secundarios en algunos otros órganos, como el corazón o el hígado?”.
El investigador concluye que todos estos aspectos deben resolverse antes de pasar a pruebas con animales y posteriormente con humanos. Además, buscarían que este desarrollo tecnológico pueda ser administrado de manera oral, que sea seguro y que el paciente tenga adherencia al tratamiento.
SciTherm fue una de las cuatro empresas mexicanas que en 2024 fue elegida para recibir financiamiento por parte de la iniciativa GridX, un fondo internacional que financia y apoya la generación de empresas de base tecnológica de alto impacto en el área de la biotecnología, en toda Latinoamérica.
GridX eligió 12 empresas para recibir este financiamiento, de las cuales cuatro son mexicanas y tres de ellas están asociadas a académicos o ex alumnos del Instituto de Biotecnología de la UNAM, campus Morelos.
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