Delft, Holanda.-

Casi 900 millones de personas en el mundo hacen sus necesidades al aire libre por la falta de servicios de saneamiento, una situación que el Instituto UNESCOIHE para la Educación relativa al Agua busca paliar con un «laboratorio de heces» presentado en Delft, en el este de Holanda.

«En este laboratorio podemos analizar diferentes propiedades de los restos fecales, que son de importancia para entender sus características, pero sobre todo para formar a nuestros estudiantes», explicó en declaraciones el científico mexicano Carlos López Vázquez.

La idea es permitir a estudiantes de diferentes países analizar restos fecales y aguas residuales para determinar tanto los gérmenes que existen en ellos como lo posibles usos «verdes» que se puede dar a los excrementos, con el objetivo de que los científicos desarrollen soluciones adaptadas a su zona, especialmente en África y Asia.

Científicos y alumnos trabajarán juntos en el procesamiento y reutilización de excremento humano, una iniciativa apoyada por la Fundación Bill & Melinda Gates, que busca una solución a un problema que afecta a 4.500 millones de personas que no tienen acceso seguro al saneamiento, de las que 900 millones defecan directamente al aire libre, según la ONU.

«Este tipo de laboratorios son esenciales. Entender qué hay detrás y que este tipo de problemas existen nos puede ayudar a desarrollar no solamente tecnologías, sino también prácticas que puedan minimizar los riesgos asociados con la salud pública que ello puede tener», subrayó López Vázquez.

Los restos de heces y aguas residuales que utilizarán en este laboratorio para hacer las investigaciones procederán de baños portátiles de festivales, edificios en obras o de los aseos públicos en la calle, explicó la científica Claire Furlong, coordinadora de este laboratorio.

«Damos el saneamiento por garantizado y no nos damos cuenta de que no es algo que todo el mundo tiene. La gente lo necesita por cuestiones de higiene y para evitar infecciones relacionadas con patógenos y enfermedades», advirtió esta ingeniera sanitaria sobre personas que se ven obligadas a hacer sus necesidades al aire libre y afrontan graves riesgos para la salud.

Los niños pequeños, en concreto, están expuestos a desarrollar enfermedades potenciales mortales como el cólera y el tifus.

En este laboratorio, los científicos realizarán investigaciones sobre tres temas: la composición física de excremento humano (¿qué hay en él?), el control de los patógenos y el análisis químico para posibles aplicaciones como biogás, combustible y material de construcción.

Determinar las diferentes propiedades, analizar la presencia de patógenos y sus tipos, realizar pruebas con ayuda de un biorreactor para entender el motivo de la rápida degradación de los elementos y desarrollar metodologías para inactivar los patógenos.

Por: EFE