La agricultura es responsable de una parte importante de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que tiene potencial para reducirlas, al tiempo que debe adaptarse al clima para garantizar la seguridad alimentaria global.
La Cumbre del Clima o COP27, que se celebra entre este domingo y el 18 de noviembre en Sharm el Sheij (Egipto), debatirá qué papel se debe dar al sector primario en las negociaciones, visto el impacto que este tiene en la lucha contra el cambio climático.
Estos son algunos de los principales datos que maneja la comunidad internacional:
– La agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra representan un 23 % de las emisiones equivalentes de dióxido de carbono a la atmósfera (hasta 12 gigatoneladas al año), según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
– El IPCC sostiene que la mayor parte de las reservas de carbono de las tierras de cultivo y los pastizales se encuentran en la materia orgánica vegetal subterránea y en el suelo, por lo que la acumulación de carbono en esos sitios tiene un potencial de mitigación de entre 0,4 y 8,6 gigatoneladas de CO2 anuales.
– La productividad agrícola ha disminuido un 21 % en comparación con un escenario libre de cambio climático, debido a factores como las altas temperaturas y las extremas precipitaciones, o los altos niveles de dióxido de carbono, que reducen la calidad de los suelos, según el grupo de expertos.
– Se espera que los rendimientos de cereales secundarios, semillas oleaginosas, trigo y arroz caigan todavía un 17 % más para 2050 si se cumple el peor escenario de aumento de las temperaturas.
– Las sequías son responsables del 80 % de las pérdidas en el sector primario a nivel mundial, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
– Según la ONU, la agricultura acapara el 22 % de todos los daños causados por los desastres naturales en países en desarrollo, los más afectados por la crisis climática pese a emitir muchos menos gases de efecto invernadero en proporción.
– La demanda de alimentos continúa mientras aumenta la población del planeta, que ascenderá a 9.600 millones de personas en 2050.
Casi todos los países han incorporado el sector agroalimentario en sus planes para reducir las emisiones y mejorar la adaptación al clima.
Los pequeños agricultores, los más vulnerables frente al cambio climático, representan el 95 % de las explotaciones y producen casi un 80 % de los alimentos en el mundo.
Los expertos llaman a la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos (alrededor de un tercio de la producción global), que se localizan a lo largo de la cadena de valor, del campo a la mesa; y abogan por un mayor acceso a las cadenas de frío, ya que el 13 % de la producción se pierde por problemas en ese ámbito.
La ONU calcula que 828 millones de personas pasaban hambre en el mundo en 2021 y, según el último informe sobre crisis alimentarias, más de 205 millones están sufriendo un alto grado de inseguridad alimentaria en 2022, una cifra récord.
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