Argentina.

Los científicos en Argentina están preocupados. El drástico ajuste presupuestario del gobierno de Javier Milei implicó entre otras medidas, congelar los presupuestos de las universidades públicas y la investigación y aunque hubo actualizaciones posteriores, el gasto real en ciencia y tecnología cayó 33% interanual en agosto. Este biólogo ha tenido que suspender algunos de sus experimentos sobre proteínas para prevenir enfermedades genéticas.

“No estamos pudiendo comprar nada, yo en particular desde noviembre del año pasado, así que lo que se me agota de insumos o pido prestado al que todavía le queda o dejo de hacer esos experimentos”, dijo Alejandro Nadra, biólogo de la Universidad de Buenos Aires.

Los recortes abren además las puertas a un éxodo de investigadores. “La gente se está yendo y está dejando de aplicar a becas o a cargo docentes porque no puede vivir de esto, y aún si tiene la suerte que le toca o que obtiene por mérito, una de las pocas becas que hay disponibles si después en el laboratorio no tenemos insumos para para que pueda trabajar, estamos condenados a ser bioinformática o a vivir de limosnas”, contó.

En el IFIBYNE, Instituto Estatal dedicado a la fisiología animal, la biología molecular y las neurociencias la situaciones es similar. “Es la primera vez que me pasa, o sea, siempre fue muy duro obtener financiamiento, siempre fue muy duro obtener becas, pero está prácticamente seguridad de que ahora no tienes nada, aunque sea, o sea, en mí CV nunca tuve una lista tan larga de subsidios otorgados y nunca tuve plata para hacer cualquier cosa, así que esa esa contradicción es un choque muy grande”, contó la bióloga Edith Kordon.

Antes al justificar los recortes, Milei apuntó contra los supuestos científicos e intelectuales que creen que tener una titulación académica los vuelve seres superiores. Por su parte, los científicos recuerdan que históricamente todos los desarrollos tecnológicos estuvieron completamente o en gran medida respaldados por el Estado.

“Yo pienso que la gente eventualmente se va a dar cuenta que más allá del discurso, todas las sociedades desarrolladas o subdesarrolladas, creo que también se pueden dar cuenta que tiene mucha más utilidad el progreso de la ciencia que no el progreso de la ciencia”, aseguró Kordon.

En marzo, un grupo de 68 nobeles científicos manifestaron en una carta pública su preocupación por cómo el Sistema Argentino de Ciencia y Tecnología se acerca a un peligroso precipicio.