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La Universidad de Salamanca (USAL) avanza en la restauración integral de un órgano histórico datado en 1709, con la participación de especialistas formados en la propia institución. La intervención busca devolver al instrumento su esplendor original, preservando tanto su valor musical como patrimonial.

La vicerrectora de Cultura y Patrimonio de la USAL, Matilde Olarte, destacó la importancia de contar con profesionales egresados de la universidad en un proyecto de tal magnitud.

Es un placer que personas formadas en nuestra universidad estén trabajando en este campo, hagan transferencia de conocimiento y tengamos la suerte de poder contar con ellas para esta resolución integral”, expresó.

Olarte subrayó que la puesta en valor del patrimonio exige tres fases: “investigación, reajuste y restauración”, con el propósito de dinamizarlo y permitir que la comunidad universitaria, la ciudad y los visitantes puedan disfrutar de este legado.

Por su parte, Ana Caramanzana, organera y musicóloga responsable del proyecto, explicó que la Fundación ha destinado 77 mil 123 euros al proceso de restauración, en cumplimiento de sus fines culturales y sociales.

“Nuestra labor será la de recuperar su voz, como lo planteó Echevarría, sin añadir nada nuestro. Los organistas nos quedaremos en segunda, tercera o cuarta fila. Seremos espectadores y canal para que este instrumento recupere todo su esplendor”, señaló.

Caramanzana detalló que el órgano se encontraba en muy mal estado. La primera fase —ya concluida— consistió en el desmonte del instrumento y en un estudio histórico que abarca desde su creación en 1709 hasta intervenciones más recientes. La segunda fase contempla la restauración del material sonoro, compuesto por 615 tubos, y la tercera implicará el reensamblaje, regulación, armonización y afinación final.

La restauradora y conservadora Alejandra del Barrio Luna explicó que, paralelamente, se está revalorizando la pieza desde un enfoque de laboratorio. “Ya se ha iniciado la fase de análisis y la intervención in situ para devolver la caja de resonancia —que en realidad es un retablo— a su esplendor, dentro de un concepto de reintegración contemporánea”, señaló.

El retablo, concebido como un artesonado con jácenas, jaldetas y casetones, requiere una estructura sólida para sostener el sonido. “Estamos realizando labores de desinsectación, consolidación de la madera, desmontaje de anclajes originales parcialmente fracturados y limpieza física de polvo y barnices. Después comenzará la reintegración volumétrica, fase en la que Alberto Martín Cascón trabaja en las cornisas para devolver la traza arquitectónica original. Posteriormente, se estucará totalmente, porque la intervención será una reintegración total conservativa”, explicó del Barrio Luna.

La especialista señaló que la intervención se rige por la Ley de Patrimonio Histórico 16/85 y la normativa de Castilla y León, otorgando al conjunto valores históricos, artísticos, materiales y antropológicos.

“Este órgano no solo es un instrumento musical, sino también un retablo que recoge la resonancia y un testimonio profundamente ligado a la Universidad de Salamanca. Es esencial que el público pueda interactuar con él y comprender su significado cultural”, concluyó.

Por: Universidad de Salamanca (USAL).