Iberoamérica
En caso de un accidente nuclear puede liberarse yodo radiactivo entre otros elementos radiactivos. Este yodo puede ser inhalado o ingerido al consumir líquidos o alimentos contaminados y puede adherirse a la glándula tiroides. Si esto sucede, hay una mayor probabilidad de contraer cáncer en esa glándula situada en la parte delantera del cuello.
La tiroides almacena naturalmente yodo que utiliza para producir hormonas esenciales para el buen funcionamiento de nuestros órganos, crecimiento, desarrollo del sistema nervioso, ritmo cardíaco, entre otros. En caso de que se produzca la liberación de yodo radiactivo, la tiroides debe saturarse con pastillas con yodo estable, de manera que no tenga espacio para el yodo radiactivo.
Los comprimidos ingeridos sólo son eficaces durante un corto periodo de tiempo, deben tomarse una hora antes de la exposición a la radiactividad y como máximo entre 6 y 12 horas después, por lo tanto es necesario esperar la orden de las autoridades competentes antes de tomar la píldora.
Después de 24 horas, sus efectos son más graves que los efectos esperados, el umbral de protección de la tiroides se establece en 50 milisieverts en la mayoría de los países, se recomienda que las mujeres embarazadas, los niños y los jóvenes, tomen estos comprimidos; sin embargo, el yodo estable no ofrece ninguna protección contra otros elementos radiactivos de ahí que sean necesarias otras medidas de protección.
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