Países Bajos. 

El ganado acude al estanque. Esas no son imágenes de algún lugar en África afectado por la sequía, sino de un embalse seco cerca de la ciudad holandesa de Deventer.

” Ha sido una temporada muy seca y el nivel de agua es muy, muy bajo”, dice un habitante. Este canal normalmente llevaría agua a uno de los mayores ríos de los Países Bajos.

“Este es el fondo de la vía de los barcos. Normalmente, hay un metro de agua, pero ahora se puede ver que ya no hay nada. Más arriba hay un poco de agua, pero el río IJssel está sumamente bajo”, comenta un poblador.

Wijnand es responsable del mantenimiento del sistema de diques en esta región, y el calor extremo no solo seca los canales, sino también afecta sus diques.

“Todo esto estaría cubierto de hierba. Pero se puede ver que todo es tierra. Está tan seco. Se necesita una capa de hierba como manta de erosión en la parte superior del dique. Pero si este clima persiste, podemos ver cómo será el futuro”, señala Wijnand.

El dique necesita agua para mantenerse estable, pero Wijnand deberá enfrentar las nuevas condiciones.

“Estamos viendo qué plantas con raíces más largas podrían sobrevivir en una sequía. Tenemos que aprender de los países del sur de Europa”, menciona un habitante.

90 kilómetros al oeste, en las afueras de la ciudad de Utrecht. El panorama es muy diferente.

“Esta central de bombeo se llama “aanbieder”, que significa proveedor y forma parte del sistema de adaptación climático que usamos para llevar agua dulce al oeste de los Países Bajos”, expresa un poblador.

Pero con el río Rin fluyendo a niveles extremadamente bajos, el agua que llega a algunas regiones deja de fluir en otras. La naturaleza, la agricultura y también los diques necesitan el agua del Rin.

Porque si esta bomba deja de funcionar, el agua salada del mar presionará hacia las vías fluviales de la costa. Jeroen quiere hacer una revisión completa de la gestión del agua en Holanda.

“La historia de los Países Bajos es la defensa contra las inundaciones. Así, los holandeses construyeron los Países Bajos, especialmente la parte occidental que está debajo del nivel del mar. Pero ahora también tenemos que prepararnos para las sequías y las altas temperaturas”, dice un habitante.

Por eso la distribución central de agua es de poca ayuda en la granja de la familia Roetert.

“Normalmente, las vacas salen a pasear y a comer la hierba. Pero ahora no hay nada que crezca. Así que se quedan dentro y comen toda la hierba del año pasado”, comenta un poblador.

Y con sus campos de maíz casi secos, el agricultor Vilem Janeke apenas tiene esperanzas.

“Sin lluvia, nada crece, todo se seca. Esperemos que llueva”. William deberá ser paciente porque se esperan altas temperaturas y una sequía que persistirá.