Cientos de caballos y sus jinetes homenajean a la tierra ecuatoriana por sus bondades, provenientes de Rumiñahui, Mejía, Amaguaña y otros lugares de las serranías se reúnen para el tradicional paseo del chagra. Maritza Balseca, asistente del fectival, dijo “Para celebrar esta tierra prodigiosa, también tenemos que celebrar al chagra que trabaja día a día en los campos”.

Con sus ponchos de lana, chamarras, botas de cuero y sombrero lideran las comparsas, son campesinos de los andes que orgullosos desfilan cada año. Las mujeres también lucen chalés multicolores y bellas faldas que hacen girar al ritmo de la música. El desfile de cantos, coplas y algarabía recorrió las principales calles de Sangolquí.

El origen del paseo se remonta en 1877 cuando el volcán Cotopaxi hizo erupción y los habitantes de la zona pidieron al Señor de la Santa Escuela que los protegiera.