Iberoamérica.

En medio del constante desarrollo de la industria espacial, cada vez surgen más noticias acerca de la presencia de objetos humanos fuera de la atmósfera terrestre.

Esta situación sugiere inevitablemente que en las próximas décadas habrá un aumento significativo en la cantidad de cohetes y satélites orbitando alrededor de la Tierra.  Por este motivo, esta tendencia viene suscitado la preocupación entre numerosos científicos, quienes se cuestionan acerca de las implicaciones que esto podría tener para nuestro planeta.

Recientemente, científicos que investigan la estratosfera han descubierto que, además del «polvo espacial» meteórico, la atmósfera, a más de 11 kilómetros por encima de la superficie, está plagada de contaminación metálica –en forma de partículas que contienen diversos metales– procedente de satélites, estaciones espaciales y cohetes que abandonan la Tierra y se queman al volver a entrar en la atmósfera.

Los científicos advierten que esta presencia de metales en la estratosfera podría alterar la composición de nuestra atmósfera de maneras que aún no comprendemos completamente. Por esta razón, el equipo de investigación liderado por el físico Daniel Murphy, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), está instando a la realización de investigaciones exhaustivas sobre los efectos del vapor de metal en la atmósfera y a proyectar cómo evolucionará con el tiempo.

Vigilar los niveles de aerosoles en la atmósfera

Este hallazgo es el resultado de un análisis de datos recopilados durante una misión llamada SABRE (Stratospheric Aerosol processes, Budget and Radiative Effects) llevada a cabo en la estratosfera ártica por un avión de investigación de gran altitud.

De acuerdo con el comunicado de prensa de la NOAA, el equipo de científicos detectó metales como aluminio y otros elementos exóticos en aproximadamente el 10 % de las partículas de ácido sulfúrico, que son la mayoría de las partículas presentes en la estratosfera. Además, han confirmado que estos metales provienen de la vaporización de naves espaciales durante su reentrada en la atmósfera terrestre.

«En la actualidad, el material refractario de las partículas estratosféricas es principalmente hierro, silicio y magnesio de origen meteórico natural», escriben los investigadores en su nuevo trabajo.

«Sin embargo, se prevé que la cantidad de material procedente de la reentrada de cohetes de etapa superior y satélites aumente drásticamente en los próximos 10 a 30 años. Como resultado, se espera que la cantidad de aluminio en las partículas de ácido sulfúrico estratosférico llegue a ser comparable o incluso superior a la cantidad de hierro meteórico, con consecuencias desconocidas para las inclusiones y la nucleación del hielo«, agregaron.

Además del aluminio, los científicos han identificado varios elementos metálicos distintos provenientes de la reentrada de naves espaciales y satélites, incluyendo plata, hierro, plomo, magnesio, titanio, berilio, cromo, níquel, zinc y litio. Sorprendentemente, también encontraron niobio y hafnio, dos metales de tierras raras utilizados en la fabricación de componentes tecnológicos como baterías.

El equipo de científicos, que afirmó que este descubrimiento marca la primera vez que la contaminación estratosférica se vincula indiscutiblemente con la reentrada de desechos espaciales, se encontró inicialmente desconcertado por la presencia de estos elementos en la estratosfera, según explicó Daniel Murphy en un comunicado oficial.

Efectos desconocidos para la Tierra

Los efectos en la Tierra, aunque desconocidos hasta ahora, podrían ser variados. Según informa Science Alert, la presencia de estas partículas podría influir en la forma en que el agua se congela en hielo en la estratosfera y alterar el tamaño de las partículas de aerosol estratosférico. Además, podrían provocar la deposición de sales en las partículas de aerosol y modificar la refracción de la luz en la estratosfera. Aunque estos cambios parezcan sutiles, los investigadores sostienen que podrían desencadenar consecuencias imprevistas que necesitan una investigación exhaustiva.

Es probable que la contaminación provocada por satélites aumente a medida que se lancen más satélites comerciales al espacio. En la actualidad, es especialmente preocupante el hecho de que haya cerca de 8.000 satélites en órbita terrestre baja en la actualidad, todos destinados a regresar a la Tierra en algún momento, según datos de Orbiting Now.

Murphy y sus colegas, al calcular que actualmente aproximadamente el 10 % de las partículas de ácido sulfúrico estratosférico contienen trazas de metales provenientes de cohetes y satélites, advierten que esta proporción podría aumentar significativamente, llegando incluso al 50 % o más. Esto dependerá del número de satélites que se lancen a órbita terrestre baja y de los esfuerzos realizados para desechar la basura espacial al final de su vida útil, redirigiéndola hacia la atmósfera para que se queme.

«La industria espacial ha entrado en una era de rápido crecimiento. Con decenas de miles de pequeños satélites planeados para la órbita terrestre baja, ese aumento de masa se dividirá en muchos más eventos de reentrada», aseguran.

«Habrá que trabajar mucho para comprender las implicaciones de estos nuevos metales en la estratosfera», concluye Murphy.