China.
Un equipo de científicos en China ha logrado un sorprendente avance médico al conseguir reactivar la actividad cerebral en cerdos hasta casi una hora después de la interrupción de su circulación sanguínea. ¿El secreto? Incorporar un hígado intacto al sistema de soporte vital durante la reanimación.
El hallazgo, encabezado por el doctor Xiaoshun He de la Universidad Sun Yat-Sen, tiene el potencial de transformar el tratamiento de las paradas cardíacas. En estas situaciones, la interrupción del flujo sanguíneo priva al cerebro de oxígeno y nutrientes vitales, provocando isquemia cerebral en apenas unos minutos y con frecuencia dejando daños irreparables.
Esta condición, que impacta a cerca de 1.000 personas al día solo en Estados Unidos, presenta una tasa de supervivencia alarmantemente baja, de entre un 8 y un 23 %, según reporta IFL Science.
La carrera contra el tiempo
Hasta ahora, los médicos se enfrentaban a una ventana de tiempo extremadamente estrecha para la reanimación: el cerebro solo puede resistir entre cinco y ocho minutos sin flujo sanguíneo antes de sufrir daños irreversibles, de acuerdo con un reporte de South China Morning Post. Esta condición ha sido uno de los mayores obstáculos en la supervivencia tras una parada cardíaca. Ahora, este nuevo estudio sugiere que podríamos tener más tiempo del que pensábamos.
Los investigadores trabajaron con 17 minicerdos tibetanos de laboratorio, diseñando un ingenioso experimento en varias fases. Primero, compararon cómo respondían los cerebros cuando se sometían a isquemia con y sin afectación del hígado. Los resultados fueron reveladores: los cerebros que mantenían un hígado sano mostraban significativamente menos daño.
Pero el verdadero avance llegó en la segunda fase. Los científicos desarrollaron un sistema de soporte vital que incorporaba un hígado sano de cerdo junto con un corazón y pulmones artificiales. Esta técnica, denominada «perfusión cerebral normotérmica asistida por hígado«, produjo resultados asombrosos.
Resultados sorprendentes
El equipo experimentó conectando cerebros al sistema en diferentes intervalos de tiempo tras la privación de sangre: 30, 50, 60 y 240 minutos. El momento óptimo resultó ser a los 50 minutos, donde el cerebro no solo recuperó su actividad eléctrica, sino que la mantuvo durante seis horas completas hasta que se dio por finalizado el experimento.
Incluso más sorprendente fue que los cerebros privados de oxígeno durante 60 minutos lograron mantener actividad durante tres horas, algo previamente considerado imposible.
Los cerebros conectados al sistema con hígado mostraron niveles más bajos de la proteína S100-β, un indicador de daño cerebral, y sus cortezas cerebrales e hipocampos aparentaban estar más saludables que aquellos sin asistencia hepática.
«Los resultados del presente estudio mostraron el papel crucial del hígado en la patogénesis de la lesión cerebral posterior a la parada cardiaca», concluye el equipo en su estudio publicado en EMBO Molecular Medicine. «Estos hallazgos arrojan luz sobre una novedosa estrategia de reanimación cardio-pulmonar-hepática-cerebral».
Aunque es improbable que este método se aplique tal cual en pacientes humanos, entender el papel del hígado en la recuperación cerebral podría abrir nuevas vías para extender el tiempo disponible para la reanimación y mejorar las tasas de supervivencia, cambiando el paradigma de la respuesta médica a este tipo de emergencias críticas.
- El consumo de fentanilo, un problema latente en la frontera norte de México - noviembre 18, 2024
- El aborto en EE. UU.: un tema sensible ante el nuevo gobierno - noviembre 18, 2024
- Inteligencia artificial y música clásica se unen en un concierto en Alemania - noviembre 18, 2024