Europa.
La tecnología juega un papel central cada día en las actividades médicas. Sin embargo, la industria de la salud tiene que lidiar con una realidad fragmentada, en Europa, especialmente en términos de reglas y normas. ¿La consecuencia? Una capacidad limitada para operar como en un mercado único.
La organización «Integrating the Healthcare Enterprise» («Integrar la empresa sanitaria») es una de las iniciativas que ayudan al sector sanitario a conectar mejor el mercado. Proporcionan especificaciones que permiten a los médicos, la industria y los pacientes compartir información entre sí.
En Montreux, Suiza, un evento internacional llamado Connectathon, ha reunido a diferentes actores del sector sanitario para debatir sobre retos comunes y probar sus productos sanitarios. Su experiencia también se está teniendo en cuenta para la puesta en marcha del próximo Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EHDS).
«La industria actúa como puente entre la legislación y los usuarios de los datos clínicos, ya sean pacientes o médicos. La sinergia surge cuando las instituciones adoptan marcos de interoperabilidad basados en normas internacionales«, explicó el estratega de productos de interoperabilidad global de Dedalus, Lapo Bertini.
Pero nuestros sistemas sanitarios transnacionales tienen que hacer frente a varios retos. A menudo los resultados no se comparten entre los distintos centros sanitarios y IHE propone una asociación entre usuarios, proveedores y centros sanitarios. De esta forma, se establecerán protocolos que expliquen cómo deben compartirse los datos sanitarios. Sin embargo, crear una arquitectura de interconexión de este tipo es una tarea realmente compleja.
El experto suizo en cibersalud Stéphane Spahni, que es arquitecto de sistemas en hospitales universitarios de Ginebra, explicó más a detalle el funcionamiento:
«Hay varios retos. El primero es establecer una base jurídica que permita este intercambio (de datos sanitarios), la puesta en común de documentos, de modo que el paciente pueda controlar quién accede a ellos, luego, tenemos los requisitos técnicos, para saber cómo van a dialogar los distintos sistemas entre sí. Y aquí es donde IHE juega un papel importante, al proporcionar los estándares que permiten esta interoperabilidad».
En la sanidad digital, los «estándares» y la «interoperabilidad» son fundamentales para que el sistema funcione correctamente y proporcione una atención de calidad a los pacientes. Los estándares son un conjunto de reglas que permiten la comunicación entre sistemas sanitarios. La interoperabilidad significa intercambiar datos de forma coordinada.
En el evento Swiss Connectathon, los expertos de IHE prueban una docena de productos y programas informáticos médicos para comprobar si se ajustan a los protocolos establecidos en varios ámbitos, como la radiología, la cardiología, la coordinación de la atención al paciente y el laboratorio.
«Los creadores de software que participan en el evento tienen como objetivo probar los intercambios entre su sistema y los otros softwares, que están modelados sobre casos de uso reales», explicó Anne-Gaëlle Bergé, directora técnica de Connectathon, IHE Europe.
En cuanto a la forma de autorizar el acceso a los datos sanitarios de los pacientes, los expertos en informática prevén la opción de un caso por caso. «Podemos imaginar que el consentimiento será por defecto y, entonces, será el paciente quien decida qué profesional sanitario accede a qué datos; por ejemplo: ‘No quiero que nadie acceda a mis datos, a menos que esté ingresado en el servicio de urgencias y sea necesario acceder a mis datos para tratarme».
La iniciativa del Espacio Europeo de Datos Sanitarios dará un impulso a la transformación digital de los sistemas sanitarios. Además, en ese nuevo escenario, compartir los datos con las empresas de salud digital ayudará a ofrecer soluciones sanitarias más centradas en el paciente.
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