Austria.
Entre 2006 y 2017, Corea del Norte realizó seis ensayos nucleares. Todos fueron detectados en tiempo real por el sistema internacional de vigilancia de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés). Aunque el Tratado aún no ha entrado en vigor, ya funciona como un escudo técnico y diplomático para analizar qué tan preparado está el mundo frente a un nuevo ensayo nuclear.
Cientos de expertos se reunieron en Viena, donde NCC Iberoamérica conversó con el doctor Robert Floyd, Secretario Ejecutivo de la CTBTO, sobre el papel de la tecnología, la fuerza del Tratado y el liderazgo de América Latina en este esfuerzo global.
«El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, o CTBT, como se conoce en inglés, es un acuerdo para detener la proliferación de armas nucleares«, explicó el doctor Floyd.
“Si se detienen las pruebas, los países no pueden desarrollar armas nucleares. En última instancia, busca proteger al mundo contra ellas. Para lograrlo, contamos con un enorme sistema de monitoreo global. Los signos que observamos pueden ser vibraciones en la Tierra, ondas sísmicas o atmosféricas, infrasonido, señales submarinas o partículas y gases radiactivos en la atmósfera. Son los indicios que revelan si ha ocurrido una explosión, y nuestro sistema funciona. Desde que el Tratado se creó en 1996, antes había más de 2 mil pruebas nucleares. Desde entonces hasta hoy, solo se han registrado diez”, destacó.
Hoy, un ensayo nuclear no puede esconderse. El Tratado cuenta con 337 estaciones científicas en todo el mundo que detectan vibraciones, infrasonidos, señales submarinas y partículas radiactivas en cuestión de segundos. Esos datos llegan al Centro Internacional de Viena y se comparten con los 187 Estados miembros.
“Así, cada país tiene acceso a la información y a la evidencia”, afirmó Floyd. “Todos sabrían si se ha realizado una prueba nuclear. Y es muy probable que, en ese caso, el Consejo de Seguridad de la ONU convoque una sesión para discutir el asunto a fondo”, añadió.
El sistema creado para detectar armas también tiene múltiples usos científicos y civiles que contribuyen a la investigación y a la comprensión del planeta.
“Los datos que recolectamos son sumamente valiosos”, señaló el funcionario.
“Muchos países los usan para monitorear y gestionar desastres naturales, especialmente terremotos, o para detectar actividad volcánica creciente. Pero, sobre todo, sirven para emitir alertas de tsunamis. Nuestros datos sísmicos oceánicos son utilizados por centros de alerta en todo el mundo para mejorar la precisión de sus avisos y proteger a sus poblaciones. Esto ocurre las 24 horas del día, los siete días de la semana, en tiempo real”, subrayó.
Históricamente, América Latina ha actuado como un bloque unido y aliado de este Tratado.
“La región de América Latina y el Caribe muestra una adhesión total a nuestro Tratado: todos los países han firmado y ratificado el CTBT. Eso es extraordinario y sentimos un gran respaldo de esa parte del mundo”, destacó Floyd. “Además, tienen una historia sólida en este tema: el Tratado de Tlatelolco, que declaró la primera zona libre de armas nucleares en un área poblada del planeta, fue un modelo que luego se replicó en otras regiones”, recordó.
El impacto positivo del Tratado es innegable, aseguró el doctor Floyd.
“El Tratado existe desde hace casi 30 años —estamos por cumplir el aniversario 29—, y ha sido increíblemente exitoso. Desde que se abrió a firma el 24 de septiembre de 1996, pasamos de más de 2 mil pruebas nucleares a solo 10. Eso es un éxito asombroso”, afirmó.
Mientras existan armas nucleares, existe el riesgo de que algún día sean utilizadas. Pero también, concluyó el doctor Floyd, hay algo más fuerte: la decisión colectiva de evitarlas.
“Deseo ver un mundo donde la humanidad esté a salvo. Mientras los Estados busquen desarrollar o conservar armas nucleares, existirá un riesgo significativo de que sean usadas, y eso sería devastador para muchos. Nuestra organización se enorgullece de contribuir a un mundo más seguro al monitorear y apoyar la prohibición total de las pruebas nucleares”, concluyó.
Por: Iván Carrillo / NCC Iberoamérica.
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