Roma, Italia.

 

 

Los pueblos indígenas tienen una visión global de la agricultura que, además de en la producción, se enfoca en otros aspectos como la biodiversidad o el clima, y ofrece «soluciones más integrales» que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estudia integrar en los nuevos sistemas agroalimentarios sostenibles.

Los pueblos indígenas no se centran «solo en la producción, sino en la biodiversidad, el clima, el medioambiente, la cultura y el ecosistema», explicó a EFE Máximo Torero, economista jefe de la FAO, que concluye este viernes en Roma su Foro Mundial de Alimentos.

Estas comunidades tienen «muchas experiencias de resiliencia a choques climáticos» y gracias a su conocimiento se puede aprender a «evitar pestes y enfermedades», señaló.

En esta cuarta edición del foro «lo que se busca es agricultura que produzca más con menos, que genere menos emisiones y que afecte menos a la biodiversidad para garantizar los derechos a los alimentos mañana», aseguró el economista.

 

El Corredor Seco será la zona más vulnerable a La Niña

 

El Corredor Seco, una franja que atraviesa Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala donde viven unas 10 millones de personas que en su mayoría se dedican a la agricultura, será la zona más afectada por La Niña, fenómeno medioambiental caracterizado por el enfriamiento de las aguas del Pacífico central y oriental que produce temperaturas extremas.

Se espera que La Niña, un evento que siempre ha existido pero que el cambio climático ha incrementado su duración y frecuencia, llegue en octubre o noviembre y dure hasta enero o marzo y la prioridad de la FAO es «aumentar la resiliencia de estos productores y eso va a requerir inversión», advirtió Torero.

En Venezuela, Colombia y en el norte de Brasil habrá fuertes lluvias y una alta humedad, mientras que en el sur y Centroamérica va a llegar una gran sequía que afectará a la producción de maíz, de arroz y de soja.

 

Cooperativas para reducir la pobreza

 

Los pequeños productores «tienen grandes beneficios», ya que cultivan alimentos de «alto valor» y con una mayor diversidad, pero «no tienen los ingresos o acceso al crédito», y tampoco «la capacidad de lograr los estándares y las identificaciones que se requieren», precisó Torero.

La FAO propone la creación de mecanismos de organización horizontal, como cooperativas, para crear economías de escala para que estos productores puedan tener un mejor acceso al mercado, pues en muchas ocasiones esta pequeña agricultura familiar es de subsistencia y su mejora «va a ayudar a reducir la pobreza».

El Foro Mundial de los Alimentos termina este viernes tras cinco días en los que los gobiernos que han trabajado con la FAO buscan inversiones para sus planes de agricultura sostenible.