Pekín, China.

 

 

La Asociación China de Seguridad del Ciberespacio pidió este miércoles una revisión sistemática de los productos de la empresa estadounidense Intel tras una serie de «vulnerabilidades» y «fallos repetidos» supuestamente descubiertos en sus procesadores.

La institución acusó en un comunicado a la empresa estadounidense de «deficiencias en la calidad» de sus productos y de una «actitud extremadamente irresponsable respecto a sus clientes».

La Asociación recogió que «un gran número de usuarios ha denunciado que el uso de los Core de 13ª y 14ª generación de Intel no es fiable», al tiempo que lamentaba la «poca fiabilidad» de los productos de la empresa y el «desprecio» mostrado hacia sus clientes.

Según el organismo, el subsistema de gestión conocido como ‘Management Engine’, presente en numerosos procesadores de Intel desde 2008, ha sido descrito por expertos en seguridad como una posible ‘puerta trasera’ que podría permitir el acceso no autorizado a los sistemas sin conocimiento del usuario.

Estos problemas técnicos y otros citados por la Asociación «constituyen un gran reto» para la «infraestructura de información crítica de todos los países del mundo, incluida China».

Según cifras citadas por la institución, el mercado chino representa aproximadamente el 25% de los ingresos globales de Intel, con una participación del 77% en el segmento de ordenadores de escritorio y del 81% en el de portátiles.

Además, Intel ha adoptado posturas que podrían ser interpretadas como «contrarias a los intereses de China», según la Asociación, que cita el respaldo de la empresa a la legislación estadounidense que busca «frenar el crecimiento de la industria de semiconductores» en China y que ha «impuesto restricciones» a empresas como Huawei y ZTE.

 

Relación entre ambos países

 

Las relaciones entre Pekín y Washington se deterioraron en los últimos años, especialmente durante la presidencia en EE.UU. de Donald Trump (2017-2021), marcada por la guerra comercial iniciada contra China, que acabó derivando en un conflicto cada vez más tenso en otros campos como el tecnológico.

En este contexto, la Administración del Ciberespacio de China concluyó el año pasado que los productos de la fabricante estadounidense de semiconductores Micron Technology «afectaban negativamente a la seguridad nacional» y estableció que los operadores de la «infraestructura de información crítica nacional» deberían dejar de usar productos de la firma del país norteamericano.