Cinco plantas acuáticas originarias de Sudamérica colonizan ríos y lagunas en todo el mundo y logran adaptarse a climas distintos a los de su lugar de origen, una expansión que puede continuar al haber encontrado los investigadores del estudio áreas ambientalmente adecuadas que aún no han sido ocupadas.

Son los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Sassari (Italia), el Centro Nacional para el Futuro de la Biodiversidad (NBFC, centrado en el Mediterráneo), la Universidad Espíritu Santo (UEES, de Guayaquil, Ecuador), el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio, Ecuador) y la Universidad Justus Liebig de Gießen (Alemania), según un comunicado.

Cinco plantas acuáticas invasoras

Se trata de las plantas acuáticas Egeria densa, Myriophyllum aquaticum, Pistia stratiotes, Pontederia crassipes y Salvinia molesta, que en su lugar de procedencia «raramente forman grandes masas, mientras en otros continentes crecen de forma descontrolada, bloqueando cursos de agua, reduciendo la biodiversidad y afectando actividades humanas como la pesca y el turismo».

Un ejemplo es el jacinto de agua (Pontederia crassipes), que ya ha invadido ríos y lagunas de Europa y África, mientras que el helecho gigante (Salvinia molesta) se expande rápidamente en Asia.

El estudio ha sido desarrollado por Vanessa Lozano, Ileana Herrera, André Grose-Stoltenberg y Flavio Marzialetti, quienes analizaron miles de registros globales y modelos climáticos específicos para ecosistemas de agua dulce.

El equipo de investigación recopiló miles de registros globales de estas cinco plantas en sus rangos nativos (Sudamérica) e invadidos (Europa, África, Asia, Norteamérica y Australia), y con esos datos construyeron modelos climáticos diseñados específicamente para ecosistemas de agua dulce, «algo poco común en este tipo de estudios».

Los resultados muestran que estas especies invaden con facilidad ambientes más fríos y secos, en especial en África y Europa, mientras que en Norteamérica mantienen una sorprendente estabilidad con respecto a sus nichos originales (lugar que ocupa una especie en el medioambiente).

Pueden continuar su proliferación

Según el estudio, lo más preocupante es que se han encontrado áreas ambientalmente adecuadas que aún no han sido ocupadas, lo que significa que la expansión podría continuar.

«Aunque la mayoría de los cambios de nicho ocurren dentro de los límites climáticos de Sudamérica, la flexibilidad de estas plantas evidencia un riesgo global«, apuntan.

Las plantas exóticas invasoras son una de las principales amenazas para la biodiversidad debido a que forman alfombras flotantes que bloquean la entrada de luz al agua, disminuyen el oxígeno disponible y afectan a peces y otros organismos. Además, complican la navegación, la pesca y el turismo, y alteran los ciclos de nutrientes y el funcionamiento de los ecosistemas.

Entre las recomendaciones del estudio, los investigadores señalan que se debe «prestar más atención a los ambientes de agua dulce con alta idoneidad climática» para estas especies acuáticas invasoras no nativas, así como a los pequeños cambios de nicho entre las áreas de distribución nativas e invasoras.

Además, subrayan la importancia de monitorizar tanto las exportaciones de propágulos desde el área de distribución nativa como desde las áreas introducidas para prevenir una mayor expansión a nivel mundial.