Por Angélica Romero Mota.
Todos corremos cuando vamos tarde a una cita o cuando queremos alcanzar algo que poco a poco se nos escapa. Otras personas lo hacen como una actividad física para mantenerse en forma.
Hay quienes tienen como meta de vida correr un maratón pero ¿te imaginas correr más de 100 kilómetros con huaraches? Esta es la especialidad de los tarahumaras, una comunidad indígena del norte de México.
Ellos se llaman a sí mismos rarámuri que significa corredores a pie o pies ligeros. Viven en la parte de la Sierra Madre Occidental que atraviesa el territorio del estado de Chihuahua y el suroeste de Durango y Sonora. Se trata de una zona inhóspita de difícil acceso en la que hay que atravesar largas distancias, de ahí la capacidad que tienen para correr.
En la conferencia Los rarámuris y el rito de correr, organizada por la Dirección General del Deporte Universitario, Marcos Zaragoza, y Sabino Gill analizaron por qué los rarámuris son especialistas en carreras de largas distancias.
El año de 1992 fue clave para el reconocimiento de los rarámuri como grandes corredores. Todo a raíz del libro Nacidos para correr de Christopher McDougall en donde se describe su capacidad de resistencia y que la mayoría corre con huaraches. Cuando empezaron a ir y ganar competencias nadie entendía cómo personas que no entrenaban, vencían a competidores que se preparaban todo el año.
“Hubo gente como Richard Fisher que al ver cómo corrían, los llevó a Estados Unidos a que compitieran en una carrera muy famosa de 100 millas en Colorado”, comenta Marcos Zaragoza, doctor en Ciencias Bioquímicas y quien lleva seis años como ultramaratonista.
Después se inauguró una carrera en México de 80 kilómetros bajo el nombre de Caballo blanco. A esta competencia han llegado muchos corredores de todo el mundo a competir con los rarámuris, considerados rivales difíciles de vencer en los ultramaratones.
Un tipo de formato de carrera de larga distancia es el backyard ultramarathon que consiste en correr 6.7 km cada hora hasta que quede un solo corredor en pie. Por lo tanto, la resistencia física es el factor más importante. Puede haber dos estrategias, correr rápido para llegar antes y tener minutos de descanso o caminar y llegar a punto para no enfriar el cuerpo.
Esta fuerza, resistencia y tradición de correr de los rarámuris viene de dos juegos de la comunidad: el rarajipari (para los hombres) y la ariweta (para las mujeres). La dinámica es empujar una bola con el pie y recorrer una distancia previamente acordada. De hecho, pueden ser carreras de varios días.
Las mujeres también definen el número de vueltas que van a dar, solo que ellas utilizan un aro. Al final gana quien complete la distancia primero. Sabino Gill creció en la Sierra Tarahumara y asistió a estos juegos, comparte que también hay apuestas con objetos como telas o sombreros. Así, los mejores corredores se esfuerzan por representar a su pueblo.
Con los huaraches bien puestos
Lorena Ramírez es una de las corredoras rarámuri más famosas a nivel internacional y sorprendió en las competencias con sus huaraches. Un calzado sencillo con cintas de cuero y suela de llanta o de hule.
Marcos Zaragoza vivió la experiencia de correr con estos huaraches. “Nunca me ha gustado correr con tanta amortiguación, entonces empezar a correr con huaraches no me causó tanto problema. Obviamente sí me salieron muchas ampollas, tardé 500 kilómetros para que ya no me salieran”.
Él mismo, quien también es profesor de la Facultad de Ciencias, expresa que las ventajas que observó al correr con huaraches son que se corrige la postura y hay cambios en la pisada. Aclara que, a diferencia con los tenis, no hay mucha protección y eso obliga a que los músculos del pie se fortalezcan.
Algunos corredores ráramuris han probado cambiar los huaraches por tenis, sin embargo, no lograron acostumbrarse y regresaron a su calzado original.
Si quieres vivir la experiencia de correr como un tarahumara, la recomendación es empezar con una transición del uso de tenis a huarache de al menos seis meses, lo que implica correr distancias cortas al principio, probar varios tipos huaraches y correas, dejar que el pie se fortalezca y utilizar el óxido de zinc para rozaduras y ampollas. El beneficio de este tipo de calzado es dotar de fuerza y resistencia a los pies.
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