Panamá.

Cuba y Honduras son los países con más niñez desarraigada debido a peligros relacionados con el clima en América Latina y el Caribe, una región en donde las inundaciones y tormentas causaron entre 2016 y 2021 el desplazamiento de 2,3 millones de menores y adolescentes, alertó este viernes Unicef.

«Cada día, las inundaciones, los deslizamientos de tierra y los huracanes están desarraigando a más y más niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe», afirmó el director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Garry Conille.

El informe «Niños y niñas desplazados por el cambio climático«, asegura que entre 2016 y 2021 en la región «Cuba y Honduras registraron el mayor número de niños, niñas y adolescentes desplazados debido a peligros relacionados con el clima en números absolutos», con 670.000 y 370.000, respectivamente.

En América Latina y el Caribe la cifra de menores y adolescentes desplazados en esos seis años por inundaciones fluviales y tormentas se eleva a 2,3 millones, según el informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia o Unicef.

En todo el mundo, esos fenómenos causaron en el mismo lapso el desplazamiento forzoso de 40,9 millones de niños, principalmente en China y Filipinas.

En estas circunstancias «los niños, niñas y adolescentes no solo pierden sus hogares, sino que también su acceso a la educación, la salud, el agua y la protección», recalcó Conille.

Una generación de menores migrantes climáticos

En las próximas décadas, «esta preocupante tendencia no hará más que acelerarse, dando lugar a una generación de ‘niños, niñas y adolescentes migrantes climáticos’ en toda la región», aseveró el director regional de Unicef.

En los próximos 30 años se prevé que en América Latina y el Caribe solo las inundaciones desplazarán a 4,6 millones de niños y niñas, indica el informe, aunque alerta que «debido al aumento de la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos como consecuencia del cambio climático, las cifras reales serán casi con toda seguridad más elevadas».

En Brasil, menciona el documento, las inundaciones y las tormentas podrían desplazar a 1,5 millones de niños, niñas y adolescentes en los próximos 30 años y en México hasta 672.000.

Preparar a los niños para un mundo de crisis climática

En este contexto, UNICEF instó a los Gobiernos, al sector privado y a los donantes a proteger a los menores y adolescentes garantizando que los servicios esenciales, incluida la educación y la sanidad, «puedan responder a las conmociones, sean fáciles de trasladar e incluyan a la mayor parte de las personas, como por ejemplo las que ya están desarraigadas».

El ente de la ONU pidió preparar a los niños y jóvenes para vivir en un mundo de crisis climática, “mediante la mejora de su capacidad de adaptación y resiliencia y el fomento de su participación en la búsqueda de soluciones integradoras».

Es por ello Unicef también exhortó a dar prioridad a los niños y jóvenes, «incluidos los que ya han quedado desarraigados, en la acción y la financiación en materia de catástrofes y clima, en la política humanitaria y de desarrollo, y en las inversiones para prepararse ante un futuro que ya está aquí».