Korfí, Chipre

Los buitres salvajes que cumplen una tarea vital al limpiar los cadáveres de animales que pueden propagar enfermedades, están de regreso en Chipre, pero la especie está al «borde de la extinción» al ser víctima de envenenamiento, advierten los expertos.

Quince de esos buitres provenientes de España, conocidos también con el nombre de grifones, fueron liberados en la isla mediterránea en las últimas semanas para aumentar su cantidad, ahora calculada en 23 individuos en total.

«Es como un equipo de limpieza de la naturaleza», dice Melpo Apostolidou, de BirdLife Cyprus, una ONG que coordina el programa de reintroducción de los buitres: «ellos cumplen un servicio rentable y benéfico para el medio ambiente al eliminar cadáveres» de animales.

Con su cabeza blanca y sus alas de color arenizo y cuya envergadura puede alcanzar 2,8 metros, son tan majestuosos como las águilas.

Los ocho pájaros liberados el miércoles eran los últimos de un grupo de 15 buitres heridos cuando pequeños en España y que fueron atendidos y luego llevados a Chipre.

Después de llegar en diciembre, los trasladaron a una pajarera en las colinas, a 15 kilómetros de la ciudad portuaria de Limassol (sur), para que se adaptaran al nuevo medio ambiente.

– Un gran problema el «envenenamiento» –

Los buitres son carroñeros y no cazadores, y limpian cuidadosamente los cadáveres antes de que se pudran bajo el sol. Unos diez pájaros de estos pueden limpiar el cadáver de una oveja en una hora.

«Son parte integrante de nuestro ecosistema, y eso desde hacer miles de años», subraya el veterinario Constantinos Antoniou, quien participó en el operativo, fijándoles trazadores GPS en su dorso.

«Al menos que uno esté muerto, no hay que temer nada, pues los buitres de nutren de cadáveres de animales: no se interesan ni en los humanos ni en los animales domésticos», dijo.

En los años 1950 había centenares de estas aves en la isla. Pero a causa del envenenamiento, la caza, la pérdida de hábitat, la perturbación de las colonias de reproducción y los cables eléctricos con los que se topan, su número se redujo a ocho a comienzos de año.

«El envenenamiento es un gran problema», constata Andreas Christoforou, funcionario encargado de la protección de la vida salvaje que con su perro Sophie busca veneno esparcido ilegalmente por los agricultores y cazadores para matar zorros y perros salvajes.

– Papel en el ecosistema –

En mayo, al menos tres buitres fueron hallados muertos tras consumir veneno. La extinción de los buitres salvajes podría tener un impacto en nuestra salud y bienestar a largo plazo, considera Haris Hadjstyllis, del Servicio de caza y fauna.

En la actualidad, los cadáveres de ganado son recolectados para ser incinerados, pero darlos a comer a los buitres sería un medio más simple y más respetuoso del medio ambiente, que reduce las emisiones de gas de efecto invernadero, consideran por su parte miembros de BirdLife.

Los defensores del medio ambiente piensan que los buitres podrían generar ingresos gracias al turismo, pues las plataformas de alimentación de aves en España se han vuelto populares entre los visitantes.

La liberación de los buitres en Chipre se hizo en el marco de un programa más amplio de 1,3 millones de euros, financiado en gran parte por el Fondo de acción para el medio ambiente y el clima de la Unión Europea, destinado a estimular a las especies vitales para la recuperación de los ecosistemas.