Uruguay.

La fiebre del oro vuelve a tomarse en el norte de Uruguay. Esto al menos en un recorrido turístico en el que los interesados podrán ponerse en los zapatos de los mineros que recorrieron estas tierras en el siglo XIX.

Edelweiss Oliver, dueña de la Posada del Minero y encargada del Tour, La Ruta del Oro, cuenta una historia ocurrida de un hombre en el sector por la década de 1820.

“Ahí arranca con una casualidad, si se quiere, con una persona que sí se da cuenta de que hay oro, se lo busca calladito la boca y un día lo roban. Y a raíz de ese robo, bueno, se empieza a correr la bola de que hay oro y se empieza a enterar todo el mundo y empiezan a venir como bien lo dice el término, la fiebre del oro. Se empieza a poblar de aventureros, de gente que que no tiene nada para perder en el lugar que está y decide probar suerte y hacerse rico, que después no todos lo logran, pero la esperanza la tienen todos”, narró Edelweiss Oliver.

Ubicada estratégicamente en las aguas del Cuñapirú, mujer flaca en guaraní, en 1879, los galos ordenan construir la Represa del Cuñapirú, que destaca Oliver, fue la primera represa hidroeléctrica que hubo en toda América del Sur.

“Podemos conocer lo que es la primera represa hidroeléctrica que hubo en toda América del Sur, con la importancia económica que eso tuvo para la región y para el Uruguay en su momento, que estamos hablando del siglo XIX. Pero también podemos ir y jugar un poco buscando oro nosotros mismos, con un garimpeiro, con un buscador de oro artesanal. Y también podemos meternos debajo de la tierra en las galerías subterráneas antiguas y de verdad darnos cuenta lo que era trabajar ahí adentro y lo duro que tiene que haber sido la vida para los mineros en aquel momento. Si tenemos suerte nos las cuenta alguien por ahí adentro, que bueno, no vamos a chavar mucho”, contó Edelweiss Oliver.

Hoy como parte de la Ruta del Oro, un recorrido permite ver sus ruinas que abarcan desde la zona donde descansan los obreros hasta la casa de la gerencia a la que se accede por una pintoresca escalera de piedra.

Con un promedio anual de visitantes que ronda los 6000, Oliver destaca que la Ruta del Oro tiene cada vez más afluencia, sobre todo europeos que llegan desde Alemania, Francia e Inglaterra o brasileños, un público al que apuntan de la mano del lanzamiento de la promoción conjunta de Uruguay y Brasil, destino binacional.