París, Francia.-

El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que publicará un nuevo informe el 8 de octubre, ha desempeñado un papel clave en la toma de conciencia sobre el alcance del cambio climático.

Creado por la ONU hace 30 años, el IPCC -premio Nobel de la Paz 2007– sintetiza regularmente los conocimientos científicos, los trabajos que establecieron el papel de la actividad humana en los desajustes y condujeron a hacer avanzar las negociaciones mundiales para limitar los gases de efecto invernadero.

– Caso único –

El IPCC tiene en Ginebra un equipo permanente de una decena de personas, pero su funcionamiento reposa en las contribuciones desinteresadas de miles de climatólogos, especialistas de la atmósfera y oceanógrafos, así como economistas, expertos en desarrollo, etc.

Sus informes exponen las opciones posibles a los responsables políticos.

«No tenemos un a priori, no tratamos de guiar en una u otra dirección«, subraya su portavoz Jonathan Lynn. «Es una organización única, que reúne a la comunidad científica» porque los 195 Estados de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático están llamados a aprobar las conclusiones de los científicos.

Los informes basados en los estudios existentes y redactados por varios equipos constan de varias versiones preliminares sucesivas que son sometidas al examen y los comentarios de los investigadores o expertos gubernamentales.

El informe sobre el calentamiento de 1,5 °C que se presentará esta semana fue redactado en base a 6.000 estudios elaborados por 86 autores de 39 países y fue objeto de 42.000 observaciones.

Al final, se dedica una sesión plenaria a que los Estados aprueben el «resumen para los que deciden», redactado por los científicos para facilitar las elecciones de los gobiernos.

– Historia intensa y movida –

De informe en informe, el IPCC contribuyó a dar la alerta. No fue un camino de rosas, especialmente por los asaltos de los escépticos del cambio climático.

Varios episodios sacudieron la institución. En 2007 fue un error sobre el derretimiento de los glaciares del Himalaya en el cuarto informe. A finales de 2009, un pirateo de emails entre investigadores hizo pensar que se habían ocultado datos que contradecían el calentamiento, antes de que el IPCC fuera absuelto por una investigación independiente.

Hoy la organización trabaja en su sexta evaluación de conocimientos, prevista para 2022. En 2019, tres informes tratarán la situación del hielo, de los océanos y del uso del suelo.

Porque el calentamiento sigue siendo un extenso tema de investigación.

«El IPCC y la comunidad científica están en un ciclo (de trabajo) hercúleo», dice la climatóloga Valérie Masson-Delmotte, copresidenta del Grupo 1 (encargado de estudiar los principios físicos del clima).

«Se ha hecho un esfuerzo para ir hacia más claridad, menos jerga», dice. «Queremos que los resúmenes sean pertinentes también para los ciudadanos».

– Presupuesto incierto –

Hasta la elección de Donald Trump, Estados Unidos contribuía ampliamente a la financiación del IPCC, con 2 millones de dólares anuales (de un presupuesto de 5 millones). Desde 2017, países como Noruega o Francia compensaron esta carencia.

La financiación del IPCC, asegurada por los Estados, se realiza por el principio del voluntariado, a menudo de un año a otro.

Mucho antes de la decisión estadounidense de dejar de contribuir financieramente al IPCC, «ya nos habíamos dado cuenta de que los ingresos no eran suficientes», explica Jonathan Lynn.

«Tras un esfuerzo de movilización intensiva entre los gobiernos, la situación se estabilizó: algunos países prometieron contribuciones multianuales, otros incluso las duplicaron. La crisis pasó, pero sigue siendo un poco precario».

Por: AFP / Catherine HOURS