México.

El proyecto nació en 1978 por el hallazgo casual de obreros de la Compañía de Luz y Fuerza que localizaron la monumental escultura de Coyolxauhqui, la diosa Lunar. Y entonces, a partir de ahí, plantearon lo que sería el proyecto Templo Mayor y más tarde el Programa de Arqueología Urbana.

“Uno de los principios del proyecto era entrar en lo que era el corazón de la antigua ciudad mexica de Tenochtitlán, que era el templo mayor, no solo visto como un edificio muy interesante, religioso, etcétera, sino con todo el contenido que allí radica. Como centro tenía una presencia muy importante, pero también representaba a dos deidades fundamentales para el mexica, que eran Tláloc, dios de la lluvia, de la fertilidad, asociado a toda la producción agrícola, y Huitzilopochtli, el dios de la guerra. Entonces nuestra primera intención era poder encontrar los vestigios que aquí se hallaban y que estaban ocultos desde hace más de 500 años. Se han llegado a contabilizar alrededor de 1300 publicaciones. Llevamos más de 115 tesis profesionales de todos los niveles, pero también catálogos, guías, artículos, reseñas. Una cantidad impresionante de publicaciones y esa era una de nuestras miras. La otra era también el museo. O sea, hacer un museo de sitio en donde se exhibiera lo que se había encontrado”, dijo Eduardo Matos, arqueólogo.

El Programa de Arqueología Urbana (PAU) surgió hacia 1991 con los trabajos que hicieron debajo de la catedral. Esta catedral estaba sufriendo problemas de asentamientos y los ingenieros hicieron toda una serie de técnicas al interior de la misma excavando y aprovecharon para hacer el rescate arqueológico.

El PAU ha servido para encontrar en la catedral, una serie de vestigios, edificios, ofrendas impresionantes, entre ellos el Tzompantli esta estructura con cráneos que es impresionante. También, por ejemplo, el juego de pelota, el edificio de Ehécatl, Dios del viento.

Un programa de este tipo permite planificar sobre todo las intervenciones en distintos lugares de la ciudad. En el caso de Puebla, también tiene una gran riqueza colonial y prehispánica. También se han encontrado dentro de la misma ciudad.

“Entonces esto lo que permite es hacer planificación de cualquier hallazgo que ocurra, del que se dé aviso y por ley hay que dar aviso de un hallazgo arqueológico para que se pueda intervenir y se pueda hacer el rescate correspondiente y por lo tanto, el estudio correspondiente”, concluyó el arqueólogo.

Por: BUAP.