Venezuela.
Estas charlas en Venezuela buscan combatir el enorme desconocimiento general sobre las mordeduras de serpientes. Remedios caseros como inyectar orina de venado, rociar gasolina en la zona o succionar la herida pueden agravar la situación y contravenir los efectos de los antídotos.
Alexander Puerta pasa horas pegado al celular respondiendo mensajes y llamadas de varias regiones del país con pedidos de ayuda a posibles víctimas de mordeduras. “La llamada es recibida por la fundación, ahí activamos los protocolos y tratamos de contactarnos con los médicos en la zona, ya sean epidemiólogos o toxicólogos, que nos han apoyado en estos 20 meses que tenemos de actividad a full”, dijo.
En 2022 la fundación recibió más de 700 llamadas. La pregunta más recurrente que le hacen es dónde conseguir suero antiofídico producido por un solo laboratorio en Caracas y escaso en los hospitales públicos.
Un kit de 5 ampollas puede costar hasta 500 dólares en farmacias, y uno solo, puede no alcanzar en casos graves, por lo que atender un accidente ofídico puede implicar desembolsos de al menos 1,000 dólares en un país con un salario mínimo de 4,5 dólares mensuales.
“La intención principal es que podamos ser parte de la solución, no hay problema. Que las personas logren conseguir el suero lo más pronto posible. Que ese tiempo, entre la mordedura y la aplicación, sea lo más corto posible”, apuntó Puerta.
10.000 envenenamientos por año
En Venezuela, un quinto de las cerca de 200 especies descritas tienen veneno potencialmente mortal, aunque no existen cifras oficiales, se estiman unos 10.000 envenenamientos por año, de los cuales, unos 60, terminan con la muerte de la persona.
“En Venezuela hay un problema de salud pública porque en Venezuela está entre quizás los 10 o 12 países con mayor morbilidad, aunque la data no se tiene desde hace muchos años”, comentó Luis Fernando Navarrete, investigador del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela.
Las serpientes: Animales incomprendidos
Los expertos buscan además desmitificar el temor a las serpientes, animales incomprendidos y vitales en el equilibrio de los ecosistemas.
“La tendencia en Venezuela es ‘serpiente buena, serpiente muerta’ y eso hay que cambiarlo. Eso es parte de la educación de lo que hemos hablado. Un eje transversal es educar, educar y mostrarle a la gente la realidad de la serpiente, la verdad”, agregó Navarrete.
“Que antes, pues por mí la mataba, ahora ni loco, ni dejo que las maten nadie porque, o sea, son parte de la vida”, expresó Fabián Rodríguez, participante en una charla sobre serpientes.
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