Bélgica.

Imagine poder cambiar la batería de su móvil, ordenador o tableta sin ninguna dificultad. Este es el objetivo de la nueva normativa europea sobre baterías que pretende facilitar el tratamiento de estos residuos y hacer que la economía sea más circular.

En 2027, los usuarios finales tendrán que poder retirar y sustituir las baterías que incorporan estos aparatos. En ocasiones, los fabricantes utilizan varios trucos para hacerlo más complicado.

“Cada vez que quitamos una batería, calentamos un poco la parte trasera para que se vuelva un poco más flexible y así no dañar los componentes al quitar la batería. Como puedes ver, por ejemplo aquí, cuando haces esto la cámara se sale. Así que hay que tener cuidado, son pequeñas trampas como estas las que hay que evitar”, explicó Areg Badalian, Fix Fox Bruselas.

La normativa específica que cambiar una batería no debería requerir ni calor ni un disolvente para desmontarla. El usuario tampoco debería tener que recurrir a herramientas especializadas.

“Algunas marcas, por ejemplo, inventan tornillos y formas de destornilladores, por ejemplo, para que no se puedan reparar. Pero no es muy inteligente porque, sencillamente, se puede crear un destornillador nuevo”, relató Badalian.

Pero los fabricantes podrán seguir utilizando componentes más pequeños para dificultar las reparaciones de la batería. Además, también podrán instalar un programa en los dispositivos que alerten de cuando la batería no es la oficial, algo que acostumbra a asustar a los consumidores.

El objetivo de esta normativa es facilitar la reparación, la recogida y el reciclado. Se espera que el 63 % de las baterías portátiles lleguen a un punto de recogida de aquí a 2027. Cada año se tiran a la basura más de 150 millones de teléfonos inteligentes.