Ciudad de México, México. 

La inteligencia se divide en dos, una débil y una fuerte, Eduardo Espinoza Ávila, académico del Instituto de Física de la UNAM, explica que la primera se refiere a la apariencia del dispositivo que refleja una imagen de inteligencia, mientras la segunda, la inteligencia artificial fuerte, “Se busca si una máquina que realmente posea inteligencia, que tenga incluso hasta sentimientos”.

Para el académico, este terreno tecnológico está fértil, aunque algunos comienzan su exploración.

La inteligencia de las máquinas se puede medir a través de la prueba de Turing, llamada así en honor al matemático inglés Alan Turing, en esta prueba un evaluador humano interactúa a través de una pantalla o un teclado con dos entidades sin saber cuál es humano y cuál es la máquina y si después de un tiempo no puede decir cuál es cuál entonces esa máquina presenta rasgos de inteligencia artificial.

Las preocupaciones provocadas por el avance de la inteligencia artificial ha generado que algunos científicos busquen regulaciones éticas en los artefactos.

Stephen Hawking junto con otros investigadores del área de inteligencia artificial firmaron una carta titulada carta abierta sobre los riesgos de la inteligencia artificial, y lo que ahí se plantea es que la inteligencia artificial debe buscar ser benéfica para la gente y no con fines beligerantes.

Por: Notimex