Frankfurt am Main, Alemania

Los tres principales fabricantes de automóviles alemanes están al fin decididos a invertir en la producción de vehículos eléctricos, justo cuando el pionero del sector, Tesla, atraviesa un momento delicado.

Volkswagen, con sus marcas Audi y Porsche, Daimler con Mercedes, y BMW representan cerca del 80% del mercado mundial de los coches de lujo y hasta ahora estaban ausentes del sector eléctrico de alta gama, dominado por el californiano Tesla.

Pero los tres presentaron este mes sus primeros modelos SUV completamente eléctricos, que empezarán a comercializarse a finales de 2018, con la idea de dejar atrás el escándalo de los motores diésel trucados que azota al sector desde 2015.

Los gigantes alemanes del motor, cuyo crecimiento se base durante mucho tiempo en los avances tecnológicos, están en caída libre, frente a las cada vez más más ciudades que quieren restringir la circulación de vehículos y combatir la contaminación.

Por eso decidieron invertir casi 40.000 millones de euros en tres años en el sector eléctrico, según la asociación del sector del automóvil VDA.

Audi, con un 8% de cuota de mercado en Alemania, prevé que un tercio de sus ventas sean de vehículos eléctricos o híbridos en 2025.

«¡Por fin esto empieza!», dijo a la AFP el experto en automóviles Ferdinand Dudenhöffer. 

Aunque la firma británica Jaguar se adelantó con su I-PACE, un modelo ya disponible en Reino Unido, la entrada en el mercado del trío alemán representa una competencia mucho más importante para Elon Musk, consejero delegado de Tesla, que está perdiendo mucho dinero.

Musk reconoció recientemente que el último modelo de la firma, el Model 3, está teniendo problemas por los retrasos de producción.

– El desafío de las baterías –

Hace diez días, Musk protagonizó una estrambótica entrevista, aderezada con whisky y cannabis (legal en California) que hizo saltar las alarmas sobre de su salud mental. Unas semanas antes también causo preocupación su estado de fatiga y estrés.

El martes, Tesla confirmó que el departamento estadounidense de Justicia estaba investigando un tuit de Musk en el que mencionaba su intención de retirar al grupo de la bolsa.

«Tesla es líder en el mercado y tiene una gran fuerza de innovación», pero «los próximos seis a nueve meses serán una prueba decisiva» para Elon Musk, considera Dudenhöffer.

Se espera que en 2022 circulen por las carreteras de Alemania un millón de vehículos eléctricos, frente los casi 100.000 del 1 de enero de 2018.

Sin embargo, la ofensiva del sector eléctrico podría verse lastrada por la autonomía de ese tipo de automóviles, todavía muy limitada y que adolece de pocos puntos de recarga.

Según una comisión gubernamental sobre la movilidad eléctrica, habría que multiplicar por cinco el número de puntos de recarga públicos en Alemania para satisfacer las necesidades de un millón de vehículos.

La incertidumbre sobre la procedencia de las baterías también podría complicar las ambiciones del sector. «¿Cómo podremos satisfacer la demanda de baterías?», se pregunta Dudenhöffer, porque las capacidades de producción «todavía [están] poco desarrolladas».

Los fabricantes están desarrollando motores eléctricos y componentes para aumentar la potencia energética pero dejan de lado el estudio de las células necesarias para las baterías.

Es en Asia donde se encuentran los expertos en almacenamiento eléctrico, como Panasonic, el socio japonés de Tesla.

Por su parte, la Unión Europea todavía está estudiando cómo apoyar la futura producción europea de baterías.

El comisario europeo Maros Sefcovic declaró recientemente estar abierto a que haya ayudas públicas para un eventual «Airbus de las baterías» para crear un consorcio de empresas y de institutos de investigación que el ministro alemán de Economía estaría tratando de reunir, según el diario económico Handelsblatt.

Mientras, el gigante chino CATL ya ha previsto abrir en 2022 una primera fábrica de células para el mercado europeo, en Alemania.

Por: Yann SCHREIBER/ AFP