Francia.

El hundimiento de tierras por causas naturales o provocadas por el hombre, un fenómeno conocido como subsidencia está desplazando a cada vez más personas a zonas inundables.

La subsidencia es un fenómeno natural vinculado a los movimientos de las placas tectónicas o a la acumulación de capas sedimentarias en cuencas poco profundas. Pero el fenómeno se ha acelerado en las últimas décadas debido a factores humanos como el peso de los edificios, el debilitamiento de los suelos causado por el desarrollo de infraestructuras subterráneas, las vibraciones del tráfico rodado, la extracción de minerales y, sobre todo, el bombeo no regulado de aguas subterráneas de los acuíferos.

Un acuífero es una capa subterránea de roca porosa y permeable que contiene agua y que sirve de soporte natural a las zonas urbanas, donde algunas grandes ciudades se hunden más de 25 centímetros por año.

Asimismo, la cobertura de los suelos con bitumen y hormigón hace que la superficie sea impermeable, impidiendo la renovación del agua subterránea con agua de lluvia, lo que debilita aún más este soporte natural. Pero el fenómeno puede contenerse si se toman medidas a tiempo. Las ciudades pueden limitar la cobertura artificial del suelo y la concentración urbana, o prohibir el bombeo de los acuíferos proporcionando fuentes de agua alternativas.