La NASA lanzó la misión OSIRIS-REx en septiembre de 2016 con destino al asteroide Bennu, donde llegó en diciembre de 2018. Después, la nave espacial inspeccionó detenidamente este objeto durante más de dos años, y en octubre de 2020, en una complicada maniobra, descendió y tomó una muestra. La guardó en una cápsula de retorno y ahora la soltará por fin sobre la Tierra.
El domingo 24 de septiembre, la cápsula de la misión Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos, Seguridad y Explorador de Regolitos (de ahí las siglas OSIRIS-REx en inglés) atravesará la atmósfera terrestre y aterrizará en paracaídas en el desierto de Utah, en Estados Unidos.
Miembros de la misión la recogerán en el Campo de Pruebas y Entrenamiento que tiene el Departamento de Defensa estadounidense en esa zona, donde ya han realizado pruebas y simulaciones previas a la operación.
La NASA invita a compartir en directo la emoción de este retorno de muestras de asteroide a través de su canal de televisión y redes sociales, con la opción de seguirlo en español.
Una vez recogida, la muestra se enviará al Johnson Space Center de la NASA en Houston, donde se ha construido un laboratorio para almacenarla en perfectas condiciones. Desde aquí se supervisará la distribución de los pequeños fragmentos a científicos de todo el mundo.
Estudios presentes y futuros
Este centro espacial también custodiará y preservará una gran fracción de lo que traiga OSIRIS-REx para que lo estudien las generaciones futuras, como se hizo con las muestras del programa Apolo, algunas de las cuales se están abriendo actualmente para examinarlas con tecnología que no existía en aquel momento.
Se trata de la primera vez que la agencia espacial estadounidense trae muestras de un asteroide, aunque una operación parecida la ha realizado ya antes la sonda japonesa Hayabusa2 desde el asteroide Ryugu.
Testigo del primitivo sistema solar
En el interior de la cápsula de OSIRIS-REx se encuentran algunas de las rocas más antiguas de nuestro sistema solar. La muestra de Bennu, un asteroide rico en carbono, ofrece una visión prístina de los componentes básicos que se convirtieron en nuestro Sol y los planetas hace unos 4.500 millones de años.
Los asteroides son restos de rocas y metales que no llegaron a formar parte de los planetas ni de nuestra estrella. Apenas han cambiado desde su formación y ofrecen una ventana intacta a la composición química del sistema solar primitivo, y a la posibilidad de que asteroides como Bennu transportaran las moléculas orgánicas que podrían haber sembrado la Tierra primitiva con los ingredientes de la vida.
Según la NASA, “esta misión ayudará a los científicos a investigar cómo se formaron los planetas y cómo comenzó la vida, así como a mejorar nuestra comprensión de los asteroides que podrían impactar contra la Tierra”.
Después de que OSIRIS-REx traiga esta muestra a la Tierra, la nave espacial continuará en una misión extendida bajo el nombre de OSIRIS-APEX al asteroide Apophis.
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