Mèxico.

Conocida comúnmente como hierba, mota, weed, hachís, porro, marihuana, churro o simplemente marihuana, esta planta es objeto de investigación para saber sus propiedades y efectos en el cuerpo.

Científicamente su nombre es Cannabis Sativa, una planta cultivada desde la prehistoria, la cual ha tenido un incremento en su consumo de casi el 18% en la última década.

Su consumo recreativo continúa en proceso de regulación y su uso para fines científicos y de investigación es muy limitado en México. Esto impide conocer más de los efectos de la planta para el organismo.

En el Laboratorio de Cannabinoides de la Facultad de Medicina de la UNAM han estudiado por años esta sustancia química que tiene diversas reacciones en el cerebro.

“La marihuana afecta un sistema que llamamos endocannabinoide. Entonces nosotros investigamos este sistema, investigamos sus moléculas y tratamos de entender cuáles son las funciones de este sistema para la homeostasis, para el funcionamiento adecuado del cerebro, qué conductas nos ayuda a regular”, dijo el profesor, Óscar Prospéro.

Para entender mejor cómo actúa en el cerebro, realizan experimentación en diferentes modelos animales con los compuestos del cannabis.

De esta forma conocen sus efectos, los niveles de toxicidad, las diferentes sensaciones que causa al consumirla y el proceso de adicción.

“Tenemos un sistema en el cerebro que nos hace sentir placer cuando hacemos algo que nos conviene. Entonces, este sistema que le llamamos de recompensa está regulado importantemente por estos endocannabinoides. De tal manera que cuando alguien fuma marihuana, activa este sistema y, por decirlo así, se siente rico”, explicó Óscar Prospéro.

Las investigaciones del doctor Oscar Prospéro han arrojado que el consumo en grandes cantidades y con frecuencia de cannabis en menores de 25 años provocan afectaciones al cerebro.

“Su cerebro se afecta, su cerebro deja de tener las conexiones adecuadas para esta parte del cerebro que llamamos corteza prefrontal y que le atribuimos que es ahí donde reside una buena parte de nuestra inteligencia”; acentuó Óscar Prospéro.

El cannabis cuenta con 500 compuestos, de los cuales dos de ellos son los más utilizados, el THC que tiene un efecto psicoactivo y el CBD, el cual tiene más beneficios en la medicina.

Uno de ellos es la disminución de crisis de epilepsia en los niños, además de ayudar en la regulación del sueño y disminución de dolores en el cuerpo.

Para el doctor Prospéro y su equipo, hay un largo camino en el estudio de cannabis. Su posible regulación, agilizaría este proceso y de la misma manera beneficiaría a la medicina y el desarrollo de fármacos en México.

Por: TV UNAM.