México.

Latinoamérica ha tenido un avance positivo en el uso de la tecnología aplicada a la salud; sin embargo, aún debe trabajar para optimizar los recursos disponibles y reducir costos, dijo a Efe Francisco Morales, director de cuidado de salud de 3M México.

«Países como Chile están muy avanzados en la adopción de la tecnología aplicada a la salud. México ha tenido un avance positivo, pero falta mucho por hacer. Todavía requiere una adopción más rápida y temprana de la tecnología«, explicó el directivo en entrevista.

El especialista explicó que el avance tecnológico que se ha presentado en las últimas décadas debe abarcar también a los sistemas de salud, los cuales pueden tener mayor efectividad y menor costo si hacen uso de la tecnología.

«La tecnología va conectada con la ciencia, pero ésta no tiene sentido a menos que cambie la vida de las personas. Creo que debemos buscar tener un impacto positivo en la salud, un impacto directo», señaló.

Explicó que el sistema de salud tiene tres componentes principales: cobertura, calidad de la atención y costo. «Por eso es necesario crear productos que solucionen y optimicen los recursos disponibles para así mantener el máximo rendimiento posible del sistema de salud», dijo.

Morales señaló que, por ejemplo, uno de los retos más comunes durante una cirugía es la temperatura del paciente, la cual baja por la anestesia y es conocida como hipotermia no intencional.

Esta es una situación médica que puede derivar en complicaciones durante las cirugías, afectando a alrededor de 50 % de los pacientes a nivel mundial. «Nosotros tenemos un sistema que utilizamos para calentar a los pacientes durante las cirugías, el cual monitorea la temperatura del paciente y con ello se puede establecer un protocolo de mantenimiento de temperatura normal y evitar complicaciones en la cirugía», señaló.

El directivo expresó que esto ayuda, además, a que los sistemas de salud tanto públicos como privados se apeguen a las normas internacionales. «Soluciones como una manta térmica antes de las intervenciones quirúrgicas, un aplicador de yodo con un aparato especial que asemeja a un boleador de zapatos, o parches transparentes para monitorear las heridas causadas por catéteres, pueden evitar infecciones y fugas de dinero para el sector de la salud», aseveró.

En ese sentido dijo que, de acuerdo con estudios de evaluación económica, se pueden ahorrar al menos 800.000 pesos (unos 42.600 dólares) por cada 100 cirugías dependiendo de la tecnología en la que se invierta y que se necesite. Morales aseguró que otro de los puntos en los que se debe trabajar es en la educación para prevenir que los futuros profesionales de la salud tengan malas prácticas desde el comienzo.

«Es importante que desde la educación los futuros profesionales conozcan soluciones tecnológicas que están a su servicio para hacer más fácil que las adopte en sus prácticas del día a día», expresó.

Señaló que, por ejemplo, un cirujano puede optar por un sistema de higiene de manos que no implique tallado, el cual puede causar microlesiones en la piel que pueden causar infecciones o dañar la piel del doctor.

Por: EFE