Quito, Ecuador.

Unas 65 comunidades afrodescendientes y de indígenas de la etnia awá, que habitan zonas de la frontera de Ecuador con Colombia asumirán un proyecto de seguridad alimentaria ejecutado desde 2018 por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Así lo anunció en un comunicado la oficina en Quito de esa agencia de Naciones Unidas al concluir el Proyecto Binacional de Adaptación para afrontar los desafíos de la crisis climática y de alimentación en la frontera colombo-ecuatoriana, que ha contado con una inversión de 7 millones de dólares en los últimos cinco años.

Dicho programa permitió que «más de 15.000 personas de 65 comunidades de las cuencas de los ríos Mira, Mataje y Guáitara-Carchi, en la frontera entre Ecuador y Colombia, diseñen e implementen medidas de adaptación al cambio climático con énfasis en seguridad alimentaria y consideraciones de género», refirió el PMA.

El representante en Ecuador del Programa Mundial de Alimentos, Matteo Perrone, destacó la importancia del proyecto porque, según dijo, permitirá a las comunidades beneficiarias controlar las acciones ejecutadas de cara al futuro.

«Esta iniciativa refleja el fuerte compromiso y la capacidad de las comunidades para liderar e implementar medidas clave como el acceso a agua segura, el desarrollo de parcelas resilientes y la conservación de sus bosques y manglares, adaptándolas a sus necesidades más urgentes», explicó.

Perrone detalló que el proyecto benefició a veintiocho comunidades de indígenas awá y 37 afroecuatorianas en territorios pertenecientes a las provincias ecuatorianas de Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos, próximas a la divisoria con Colombia.

 

Sistemas de agua

 

El representante del PMA explicó que gracias a esta iniciativa, «12.000 habitantes de 44 comunidades ahora cuentan con sistemas de agua segura, lo que ha mejorado tanto la preparación como el consumo de alimentos». «Estas comunidades ahora cuentan con el cien por cien de cobertura de agua segura para el consumo«, agregó.

El proyecto también ha implicado «ahorros significativos para las familias participantes, quienes han reducido sus gastos alimentarios en hasta 38 dólares mensuales, una cantidad que representa un 14 % del costo de la canasta básica en Ecuador», agregó.

Asimismo, indicó que el tiempo dedicado a obtener alimentos para dichas comunidades se ha reducido en un promedio en 55 horas al mes, permitiendo a las personas destinar ese lapso ahorrado a otras actividades productivas.

Para el PMA, la mejora en el consumo de alimentos y la diversidad alimentaria en las zonas de influencia «ha sido notable», con un aumento del «consumo aceptable de un 51 % en 2019 a un 75 % en 2023«.

La diversificación de la dieta también «ha pasado de un 14 % a un 90 % en el mismo período» y, de forma paralela, se «ha logrado la conservación de 16.000 hectáreas de bosques y manglares gracias a una estrategia integral de gestión social y resiliencia de los ecosistemas», añadió.

«Hemos llevado proyectos a comunidades remotas. Nuestra cercanía con estas comunidades nos permite trabajar de la mano con su gente, convirtiéndolos en los protagonistas de su propia transformación. Su empoderamiento ha sido fundamental para alcanzar estos logros«, apostilló Perrone.

 

Alta vulnerabilidad

Según un estudio del PMA, las comunidades afrodescendientes y de indígenas awá que habitan en la región fronteriza han enfrentado durante mucho tiempo una «alta vulnerabilidad frente a la inseguridad alimentaria, exacerbada por la crisis climática, la migración, la falta de acceso a servicios básicos y las secuelas del conflicto armado» en Colombia.

Además, han aflorado desafíos provocados por «la degradación de los ecosistemas (páramo, manglar, bosque húmedo tropical y bosque seco)», mientras que «la seguridad alimentaria y nutricional de estas comunidades se ha vuelto crítica«, agregó el PMA en el informe.

Sin embargo, tras la ejecución del proyecto del PMA «vemos el manglar como algo integral, somos parte de él. Para nosotros, hablar del manglar es hablar de nuestras propias vidas», según expresó Inginio Castillo, un líder comunitario.

Esta iniciativa se desarrolló en los últimos años mediante un trabajo coordinado entre el PMA con varias entidades estatales ecuatorianas, la Comarca Afroecuatoriana del Norte de Esmeraldas, la Federación de Centros Awá del Ecuador, varios gobiernos provinciales y universidades.