México.

Una larga lucha por recuperar esta represa de aguas negras en el centro de México. Se trata de la presa Endhó, ubicada en el estado de Hidalgo, que recibe casi todas las aguas residuales de Ciudad de México y su zona metropolitana donde viven 22 millones de personas, así como desechos industriales e incluso cadáveres.

“Entonces lo que nosotros tenemos aquí, lo que tú estás viendo es que se concentras lo que es un infierno ambiental y que son las zonas de sacrificio, que son las zonas que fueron sacrificadas, valga la redundancia, para que pueda funcionar bien la Ciudad de México”, dijo Yury Uribe, activista de Movimiento Social por la Tierra.

Uribe y su comunidad iniciaron hace dos décadas una batalla para frenar este desastre que incluye la contaminación de pozos de agua que abastecen a esta región. Su esfuerzo está a semanas de fructificar con un decreto gubernamental de restauración, el primer paso de un largo camino para que la vida reverdesca en este lugar rodeado por una termoeléctrica, una refinería y otras industrias.

Estos desarrollos han perjudicado la salud de los habitantes. Muchos de ellos han presentado casos de cáncer, así como enfermedades gastrointestinales y renales. Para los pobladores no hay duda de que la causa es la contaminación. “Lo primero que se te viene a la mente es que no es una casualidad, que esto es debido a lo que comemos, a lo que respiramos, al ambiente porque tenemos un foco de infección, al cual ustedes ya fueron que es la presa Endhó”, dijo Irma González, paciente de cáncer de mama.

Las aguas de la presa sirven desde hace años a miles de campesinos para regar sus cultivos de maíz, chile, frijol o alfalfa. Las autoridades han dicho que investigarán la relación entre la contaminación y las enfermedades reportadas.

“Porque ya habemos muchas personas aquí en la comunidad, por toda esta cuadra, sabemos ya muchos que tenemos cáncer y que pues como que es muy raro”, agregó.

La normativa oficial señala que cultivos de tallo alto como el maíz se pueden regar con agua residuales, pero no aquellos en contacto directo con la tierra. El plan de restauración que se espera se ha formalizado en septiembre, busca reducir las descargas a la presa y mejorar el tratamiento de aguas.