México.
Fray Antonio Alcalde: la visión que transformó a Guadalajara. En 1760, agotado tras un día de cacería, Carlos III de España decide pasar la noche en un lugar cercano. Dormiría en el Convento Jesus María, y para mayor comodidad, pidió el cuarto del prior. “Este debe ser el cuarto equivocado”, dijo. En la humilde celda, un lecho en el piso y una calavera. “Este prior debe ser un hombre muy interesante”, pensó.
El rey quiso conocer al prior que decidió vivir con tanta sencillez y conversaron un poco. Unos días después, llegaron noticias desde la nueva España: El obispo de Mérida había muerto. Poco después, el rey pidió un nuevo obispo para Mérida en México. Su decisión fue muy clara y sin dudarlo, ordenó a su ministro: nombre usted al fraile de la calavera.
En enero de 1762, un fraile español inició un viaje que transformaría millones de vidas desde Yucatán hasta Luisiana. Fray Antonio Alcalde, fue nombrado obispo de Mérida. Fray Antonio estaba a cargo de una diócesis que abarcaba desde Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana Roo, Belice y Guatemala. Además de un clima para el inconcebible, llegó a una región empobrecida donde se hablaba la lengua maya.
En 1769, ante una plaga de langosta, Fray Antonio agotó los recursos del obispado para traer alimentos a la península. En 1765, Fray Antonio fundó la Cátedra de Teología Moral, lo que sería la semilla de una universidad. Por lo que solicitó permiso al rey para fundar. En 1771, Fray Antonio alcalde causó una gran impresión al exponer sus ideas y experiencias ante el gobierno español. Como consecuencia, el rey tomó una decisión: él sería en nuevo obispo de Guadalajara.
El 12 de diciembre de 1771, Día de la Virgen de Guadalupe, Fray Antonio Alcalde llegó a Guadalajara para transformarla a sus 70 años. Acababa de hacer un viaje de 400 km a lomo de burro desde la Ciudad de México que le llevó 30 días.
El reto que se le presentaba era abrumador para cualquiera, más de medio millón de feligreses en un territorio que abarcaba Colima, Jalisco, Nayarit, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila, Texas y Luisiana.
Fray Antonio Alcalde decidió recorrer su diócesis, un viaje agotador, incluso con los caminos y los vehículos modernos. Una diócesis tan extensa representaba poder y riqueza incalculables, pero Fray Antonio pensaba en hacer el bien y decidió fragmentarla. Así nació una relación que duraría más de 20 años y le daría un rostro nuevo a la ciudad.
Por: Hospital Civil de Guadalajara / HCG.
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