Honduras.

El proyecto Huertos de Esperanza es una pequeña parcela dentro del Centro Educativo Esperanza, ubicado en la Comunidad de Culuco, San Esteban, Olancho. Consta de varios cultivos hortícolas, frutales e industriales, con el propósito de permitir a la comunidad estudiantil poder aplicar los conocimientos que se les da en el salón de clases a los estudiantes y que así los puedan llevar a la práctica.

“Cuando todavía existían las restricciones que los alumnos volvieran a las aulas, se comenzó a desarrollar el proyecto huertos de esperanza, dónde lo que hicimos fue enfocarnos en nuestra población estudiantil, que se encuentra en el Valle de Agalta, que es el corazón del corredor agrícola, donde el 80% de las familias viven de agricultura de subsistencia. Se comenzaron a introducir cultivos de alto valor, cultivos diferentes a los granos básicos».

«Entonces si la mayoría de las familias cultivan arroz, frijoles, maíz, alguna caña de azúcar, repollo, lechuga; nosotros nos quisimos meter a otro tipo de instrucción de cultivo de alto valor nutricional. Entonces tenemos la parcela de plátano que ya dio su primera cosecha, aguacate, cítricos, guayaba, guanábana y tenemos un macro túnel donde ya hemos comenzado a cultivar jalapeño este año”, explicó Camila Reina, presidenta de Honduras Outreach.

El primer propósito de este proyecto es “aprender haciendo”, poner en práctica los conocimientos de los niños. Como segundo objetivo, quieren aprovechar el área donde se encuentra el centro educativo, enseñarles a los futuros emprendedores agrícolas, nuevas tecnologías para que puedan manejar sus parcelas de tierra. Finalmente, la organización desea poder replicar este modelo educativo en diferentes zonas del país.

“Vamos a enseñarles a los alumnos a comercializarlo, vamos a enseñarles a manejar esa estructura de costos, vamos a enseñarles a verdaderamente manejar una parcela productiva a través de implementos de riegos por goteo (o sea tecnología agrícola), fertirriego, un manejo de bitácora, un manejo de programación. Este primer ciclo ha sido de muchísimo aprendizaje para todos los alumnos y recién estamos comenzando a llegar al segundo paso, que pasa una vez que hemos cosechado lo que sembramos”, dijo Camila Reina.

Con clases como Tecnología Alimentaria y Ciencias Naturales, este centro educativo está formando el futuro de Honduras. Con objetivos claros, trabajo constante, apoyo de los docentes y familias este nuevo modelo educativo triunfa y es aceptado en la comunidad.

Por: Andrea Torres / STVE.