México.

La lucha contra el bullying en el país ha tenido demasiados obstáculos, uno de los principales ha sido la falta de protocolos capaces de dar seguridad a las víctimas.

Especialistas en el tema señalan que aunque hay algunos protocolos, estos no logran cumplir su objetivo, pues al no haber una capacitación correcta se revictimiza a quienes han sufrido acoso escolar.

“Pero lo importante no es tener solo los protocolos, sino que la propia comunidad escolar se apropie de ellos, porque a veces pues son únicamente instrumentos o herramientas, pero si no van acompañados de una capacitación y además también, de un cambio de cultura, con un enfoque de derechos, con una visión en el interés superior de la niñez, en la no discriminación, en el derecho de las niñas y los niños a la integridad, pues no van a tener mucha utilidad porque se quedan como letra muerta. Tenemos que trabajar mucho más”, comentó Mónica González Contró, directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Además, expertos indican la importancia de hacer campañas de comunicación para que las autoridades escolares en conjunto con los padres y madres, sepan cómo actuar ante este tipo de situaciones.

“El paso número uno es darle la relevancia al fenómeno y empezar a capacitar a las autoridades de esos espacios escolares, a tener esta escuela para padres porque debemos estar en comunión los adultos en poder detectar de manera rápida si hay algún síntoma en nuestros hijos, en nuestros estudiantes”, explicó Erika Villavicencio-Ayub, doctora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

¿Cómo podemos saber si un alumno sufre bullying?

La doctora Villavicencio remarcó la importancia de identificar los cambios en la conducta de los niños y jóvenes, debido al miedo de intimidación muchas víctimas no buscan ayuda. Sin embargo, ciertas conductas pueden dar indicios de este problema.

“De forma general, las más comunes que hemos detectado vienen desde tener actitudes de miedo, de inseguridad, de tratar de evitar ir a la escuela o a reuniones de los mismos compañeros. El rendimiento escolar es muy claro porque empieza a mermarse, empiezan a distraerse de este desempeño, pueden tener situaciones en donde prefieren estar solos o aislarse de manera más notoria de la interacción con los demás, sentimientos de tristeza, cambia los patrones de sueño, de alimentación”, agregó Villavicencio-Ayub.

Para que los niños, niñas y jóvenes puedan aprender,  jugar y socializar de manera sana sin arriesgar su integridad física o su vida, es necesario que los adultos prestemos mayor atención a sus comportamientos para detectar cualquier síntoma que ayude a prevenir el acoso escolar.

Por: TV UNAM.