México.

El Valle de la Sierra de Amula, en Jalisco, es hogar de una pieza importante para la prehistoria latinoamericana. Se trata del fósil de un gliptodonte, animal bastante parecido a lo que actualmente conocemos como armadillo, pero que habitó hace unos 3.9 millones de años, según información de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, CONABIO.

Los restos de este gliptodonte mexicano constituyen uno de los fósiles de su especie en mejor estado de toda América Latina. El ejemplar mide dos metros y treinta centímetros de largo. Su caparazón tiene mil 127 rosetas y además cuenta con cabeza y cola. A decir de Gabriel Michel, cronista del municipio de El Limón y rescatista del fósil, la pieza estuvo a punto de destruirse por falta de apoyo institucional para extraerla, pero su impulso apasionado por la paleontología evitó que se destruyera el ejemplar encontrado en campo agrícola en agosto del 2004.

“Estábamos hablando del 2004 por allá en el mes de agosto, cuando me dicen que en “equis” parte estaba una pieza medio enterrada. Me llamó la atención y fuimos a ver. Ya nos dimos cuenta de que se trataba de la palabra gliptodonte. Es un término griego binomio porque significa diente esculpido”, explicó Gabriel Michel.

Desde su descubrimiento, el fósil no ha sido examinado por expertos. Sin embargo, Gabriel Michel mantiene la esperanza de que se le hagan estudios para conocer más sobre este animal oriundo de Sudamérica que emigró al norte del continente. “Nos consolamos con que esté aquí. Ojalá que algún día, por ejemplo, los centros de investigación vinieran a ver qué edad tiene para adaptarla con los métodos científicos”, comentó Gabriel Michel.

El gliptodonte era un mamífero, probablemente se alimentaba de pastos, arbustos e incluso cactáceas. Con sus mil 127 rosetas, el gliptodonte de El Limón, es parte del patrimonio paleontológico de Jalisco y el mundo.

Por: Convocatoria/México/Israel Aguilar/Esther Armenta.