Eslovaquia.

Se ha convocado un concurso público para desviar las aguas subterráneas de una mina eslovaca que ha contaminado el río Sajó, lo que supondrá un primer paso en el proceso para detener las aguas contaminadas que fluyen hacia el río desde la antigua mina de hierro.

Siderit, de más de diez pisos de profundidad, se cerró en 2008, y ahora los pozos están llenos de agua. Desde febrero, el agua contaminada por metales pesados fluye hacia el río Sajó.

“Cada día llegan al río un millón y medio de litros de agua de la mina, lo que significa que diariamente se vierten al río más de 4 toneladas de hierro, más de 34 toneladas de sulfato, 1,7 toneladas de zinc y unos cinco kilos de arsénico”, destacó Örs Orosz, concejal del condado de Nitra.

Políticos locales y activistas medioambientales lanzaron una petición para salvar el Sajó, pero no se hace nada desde hace meses. Y la fauna y flora que se encuentra aguas abajo de la mina se ha extinguido casi por completo. “Cuando saco una piedra de la zona limpia, se puede ver un pequeño cangrejo de río en la parte posterior, está llena de vida, como solía ser este río en el pasado; pero cuando saco una piedra de la parte contaminada, no hay rastro de vida, el río está muerto”, dijo Örs Orosz.

La solución a la situación sería interrumpir el flujo de agua de la mina y filtrar la corriente, lo que tendría un coste estimado de 4 millones de euros. Sin embargo, las autoridades eslovacas responsables del agua y de la mina, no se ponen de acuerdo sobre cuál de ellas debe encargarse del problema.

Debido a un conflicto de competencias entre dos ministerios eslovacos no ha habido ningún cambio durante meses para detener la contaminación del río. Sólo recientemente la Compañía Estatal Eslovaca de la Minería del Hierro lanzó una licitación pública para iniciar el proceso. Sin embargo, la vida ya ha desaparecido en decenas de kilómetros situados aguas abajo de la mina.