Una furgoneta traslada atención psicológica en pueblos ucranianos

Ucrania.

Un agujero en la frente del poeta nacional de Ucrania: Tarás Shevchenko. Tania, una psicóloga habla de un paciente que pasó junto a él con su hijo.

“Los niños aprenden sus poemas desde el tercer grado y un niño dijo ‘mamá, mira. Tiene un agujero en la cabeza’. Tal vez no sabía que Shevchenko era nuestro héroe nacional”.

Hay recordatorios dolorosos por doquier. También, al otro lado de la calle del mercado en la plaza Shevchenko. Casi toda la comunidad conoce la historia de un edificio que fue atacado durante la guerra, cuando la artillería rusa comenzó a castigar la ciudad, varias personas se refugiaron en el sótano y quedaron atrapadas en el sótano y cuando la gente intentaba llevarles comida y agua, los franco tiradores rusos lo impedían.

Abundan los sentimientos de impotencia y miedo de que la guerra les persiga. Cuando comenzó la guerra, una pareja ucraniana creyó que terminaría pronto y que nunca estaría cerca. El bombardeo del sistema lanzacohetes ruso comenzó y desafortunadamente una esquirla se clavó en la pierna de la mujer.

“Me enviaron al hospital de Zhytomyr y también bombardearon ahí. Fue una carga psicológica muy difícil”, dice la mujer.

También, ha sido difícil para quienes no pueden expresar su temor con palabras:

“El niño está muy asustado. Solo con oír las palabras ‘alarma aérea’ que ya conoce, comienza a temblar; en general cuando escucha cualquier ruido corre hacia mí y me abraza fuerte”, comentó la madre.

Una furgoneta es utilizada para llevar atención psicológica a los pueblos pequeños y constantemente reciben llamadas de la dificultad que es sobrellevar con los hijos la ausencia del padre que es soldado.

Los rusos destruyeron el edificio donde se encontraba el centro de ayuda psicológica de Tania, ahora está ubicado en una escuela. El mayor reto, dice la psicóloga, es el desconsuelo, pero intentan cuidarlos de la mejor manera posible cada día.

Tania y los demás psicólogos aseguran que la gran tarea consistirá en ayudar a los niños a asimilar todo lo que han visto y oído y que siguen viendo a su alrededor.

Sólo entonces, comenzará el verdadero proceso de curación en Borodyanka.