México.

El crecimiento en el desarrollo, aplicación y uso de las inteligencias artificiales trae consigo muchos beneficios, pero también son inherentes las preocupaciones sociales ante tecnologías tan poderosas.

“Esto tiene consecuencias. La primera consecuencia es que muchos pueden decir bueno, entonces hay humanos que nos vamos a quedar sin trabajo porque las máquinas nos lo van a quitar. Y esto qué quiere que le diga, en parte es verdad”, dijo la ingeniera, Gemma Bel Enguix.

En 2021, la UNESCO lanzó las recomendaciones sobre la ética de la inteligencia artificial, las cuales buscan que los Estados miembros continúen implementando las inteligencias artificiales, pero también políticas nacionales e internacionales que aseguran que esta tecnología beneficie a la humanidad y el interés general de la población.

“La irrupción de la inteligencia artificial y de las tecnologías de lenguaje, de voz, de visión de muchas cosas en nuestra vida cotidiana, va a tener que hacernos replantear nuestra vida en general, nuestra vida social, qué se espera que haga un humano en la vida. Y ahí tiene que entrar la sociedad y también tiene que entrar el gobierno”, comentó Enguix.

Regulaciones para evitar un mal uso de la IA

Luego de que una canción completamente generada por inteligencia artificial imitó las voces de los cantantes Drake y The Weeknd y alcanzó millones de reproducciones en distintas plataformas, la disquera Universal Music Group solicitó la baja de esta canción posicionándose en contra del fraude.

Está es justamente una de las principales problemáticas que la inteligencia artificial puede perpetuar, no sólo en el ámbito artístico sino en la sociedad en general. Pero para los expertos, más allá de concebir a la inteligencia artificial como un potencial enemigo con consecuencias negativas, la regulaciones de su uso deben enfocarse en hacer que este tipo de tecnologías sean de ayuda para la toma de decisiones y mejoren la experiencia humana en sí, no que sean un sustituto de la misma.

“De alguna manera se necesita una regulación, pero no una regulación para impedir a los usuarios que usen la inteligencia artificial, sino de alguna manera para impedir a las grandes empresas y de alguna manera los gobiernos que puedan aprovecharse de todos estos avances que está teniendo de alguna manera la computación en nuestra sociedad”, destacó Enguix.

El impacto que va a tener en nuestra vida cotidiana va a depender más de cómo interactuemos con las máquinas, no tanto como son las máquinas en sí.

Por: TV UNAM.