China.

Este satélite construido por Francia y China fue lanzado con el objetivo de detectar colosales explosiones en el universo. La misión conocida como SVOM busca los llamados brotes de rayos gamma, destellos que desprenden una luminosidad colosal capaz de emitir una energía equivalente a más de un trillón de soles.

Los brotes de rayos gamma parecen indicar la muerte de estrellas muy masivas y, más concretamente, la muerte de las primeras estrellas. Así que, estudiando los estallidos de rayos gamma, usándolos como herramienta para observar el universo primitivo, podemos observar quizá las primeras estrellas. Y esto es muy interesante porque es la única manera de hacerlo”, destacó Bertrand Cordler, científico jefe francés de la misión SVOM.

Al recorrer el espacio, esta luz cruza también diferentes gases y galaxias, transportando rastros con ella que conllevan informaciones excepcionales sobre la historia y la evolución del universo.

“De todos los programas de cooperación internacional en los que he participado, este es el de mayor alcance, por lo que es el proyecto más complejo en el que han participado China y un socio internacional. Hay mucho personal implicado en todo el proceso del proyecto. El plazo es largo, el equipo de diseño es grande y la profundidad de la cooperación no se había visto antes”, comentó Zhang Yonghe, director de proyecto en China para la misión SVOM.

El brote de rayos gamma más lejano identificado hasta ahora, se produjo solo 630 millones de años después del Big Bang, es decir el 5% de la edad actual del Universo. Estas informaciones también pueden servir para entender mejor la composición del espacio, la dinámica de los gases y las otras galaxias.