Ecuador.
Dos especies de ranas están en el centro de una batalla legal contra la minería en Ecuador. Se trata de la rana cohete resistencia y la arlequín hocicuda, que se creía extinta desde hace 30 años.
Los anfibios miden hasta cuatro centímetros y su descubrimiento se convirtió en el argumento para intentar frenar un proyecto minero de 4.829 hectáreas dentro de un bosque en Junín, en la provincia de Imbabura.
Primero encontraron la arlequín hocicuda en 2016, en un área a cargo de la estatal Enami y la minera chilena Codelco para la extracción de cobre, cuya operación está prevista para 2024.
La pequeña rana aparece como extinta en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Luego, el descubrimiento de una nueva rana cohete en 2019 aumentó las acciones para intentar salvar este hábitat.
“Esta pertenece a la familia de las ranas venenosas de la familia Dendrobatidae, y la hace particularmente especial y de interés para poder estudiar más qué hay en su piel. Entonces el perder una especie desde un punto de vista muy antropocéntrico, estamos perdiendo también la posibilidad de encontrar medicina”, comentó la bióloga Andrea Terán.
Terán encabezó en 2020 una querella en los tribunales para frenar la explotación, aunque una jueza le dio la razón en primera instancia, perdió en la apelación.
“Decidimos involucrarnos más en la toma de decisiones, principalmente dando esta información. Aquí están estas especies que hemos encontrado, están en estas categorías de riesgo y qué es lo que hay que hacer para protegerlas. Los estudios de impacto ambiental no están poniendo las medidas suficientes y básicamente por eso nos involucramos en el proceso legal”, subrayó Terán.
En una segunda batalla, un grupo de habitantes de Junín y pueblos vecinos impulsaron una nueva acción de protección argumentando errores en los estudios de impacto y manejo ambiental, incluyendo la omisión de un plan de protección para las dos especies de ranas.
“Si se da la explotación minera, estos ríos serán contaminados, los bosques también serán destruidos. Entonces esa es mi oposición de dejar a nuestros hijos un ambiente como el que nosotros hemos disfrutado también”, dijo Hugo Ramírez.
Pero el juez que conoció este nuevo pedido declaró que no había tal vulneración. Ahora las partes esperan la decisión sobre una nueva apelación.
“Me pusieron preso y bajo la oposición. Fue atemorizante y utilizaron chantajes. Ingresaron e hicieron nuevos estudios donde determinan una gran mina. Pero no nos dicen cuánta afectación va a tener”, contó el agricultor, Javier Ramírez.
Desde hace tres décadas, ambientalistas luchan contra la minería en Junín. Aunque los habitantes están divididos, algunos apoyan la explotación confiando en que traerá trabajo a la zona.
“Esto ha sido un grave impacto. La división social que ha generado la empresa minera. Al inicio fueron poquitos y ahora van captando más y más y más. Entonces esta relación ha ido cayendo”, acentuó Javier Ramírez.
Ecuador, cuya Constitución consagra la protección de la naturaleza, tiene registradas 650 especies de ranas, de las cuales casi un 60% está en riesgo o en peligro crítico de desaparecer.
El país estima que este año la producción petrolera y minera representarán un 6% del Producto Interno Bruto según el Banco Central. Ecuador incursiona en la minería a gran escala en 2019 y hay al menos 12 proyectos en etapa avanzada.
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