España.

Los nostálgicos del elBulli ya tienen lugar de peregrinaje. Su gurú, Ferran Adrià, ha reconvertido lo que fue templo de la creatividad gastronómica en un museo para reflexionar sobre cocina e innovación. Doce años después de que el restaurante de Cala Montjoi en Roses cerrará sus puertas a los comensales, renace elBulli en 1846.

Son cuatro mil metros cuadrados que reproducen la cocina a la sala con sus manteles y vajillas o los vinos que servía el sommelier. Pero además, los bullinianos podrán degustar, eso sí, solo visualmente, una selección de las 1846 recetas que se idearon mientras estuvo abierto el restaurante.

Y para los más curiosos, no faltarán las libretas que registraban el proceso de esas fórmulas que sorprendieron al mundo gastronómico.

Ferran Adrià desvelaba así el porqué de esas 1846 recetas. “Se llama 1846, porque son las recetas que hicimos en elBulli y es la fecha en que nació August Escoffier, que a nivel profesional es uno de los cocineros más importantes de la historia y era un homenaje a Francia.  Era un símbolo de respeto por toda la gente que había hecho cosas antes que nosotros”, explicó Ferran Adrià.

La irrupción de la nueva cocina de elBulli en los años 80 con la llegada de Adrià cambió el paradigma de la gastronomía en todo el mundo. Por eso, una frase recuerda el leitmotiv de los que allí trabajaban ‘Crear no es copiar’, una auténtica declaración de intenciones, de libertad e imaginación.

“Al final, nosotros nos dedicábamos a innovar al máximo nivel y lo que queremos es que la gente, bueno, vendrá gente que se emocione. La gente que ya vino al restaurante se emocionará”, agregó Ferran Adrià.

El local de elBulli  abrió sus puertas en 1962 y cerró en 2011. En su historia cuenta con tres estrellas Michelin y la consideración de mejor restaurante del mundo durante cinco años. Pero si por algo es recordado es porque abrió el camino de la innovación a la cocina internacional.