Colombia.

Lley de protección del patrimonio espeleológico colombiano no sólo beneficiará a los ecosistemas subterráneos y la riqueza natural que albergan, sino que tendrá un impacto positivo en la investigación científica de las ciencias de la Tierra y los estudios climáticos que ayuden a tomar mejores decisiones para el futuro, en el contexto del cambio climático, señalaron especialistas consultados por SciDev.Net.

La entrada en vigencia de la Ley trae importantes beneficios para las futuras generaciones. Por un lado, permitirá proteger las aguas subterráneas, vitales para muchas comunidades humanas que habitan regiones kársticas, como sucede, por ejemplo, en el oriente colombiano”, aseguró el senador Iván Darío Agudelo, autor del proyecto de ley presentado en 2019, quien recalcó que, “al proteger las aguas, se protege toda la riqueza biológica que habita en ellas”.

La promulgación de la ley fue uno de los últimos actos oficiales del presidente Iván Duque y corresponderá al flamante gobierno de Gustavo Petro Urrego su reglamentación, para lo cual tiene plazo de un año.

“Estamos ante una oportunidad altamente beneficiosa para la investigación científica en áreas como las ciencias de la Tierra, la paleontología y los estudios climáticos, a la vez que se podrá gestionar adecuadamente el patrimonio arqueológico, favoreciendo nuestro conocimiento del pasado y entendiendo la forma como se relacionaban las culturas ancestrales que habitaron nuestros territorios con los escenarios espeleológicos”, indicó Agudelo.

El geólogo Gonzalo Valdivieso, secretario de la Asociación Espeleológica Colombiana, explica que las cavidades subterráneas presentan un gran valor, ya que cerca de una cuarta parte del agua dulce que se consume en la Tierra proviene de acuíferos kársticos (formaciones topográficas típicas de rocas solubles).

“Esto ha suscitado el desarrollo de las investigaciones hidrogeológicas con enfoque en el karst, para aprovechar de la forma más eficiente este recurso. Se calcula que cerca del 25 por ciento de la población mundial vive en zonas kársticas”, asevera.

Asegura que las cuevas son ambientes idóneos para adelantar estudios sobre adaptación, ya que varios de los organismos que las habitan han evolucionado, perdiendo algunas características físicas y desarrollando otras, para adaptarse a la vida con escasos recursos, debido a la ausencia absoluta de luz solar que hay en las cavernas.

Crédito de la imagen: cortesía de Juan Carlos Higuera Triana para SciDev.Net

Las cavernas son laboratorios naturales que contienen gran biodiversidad, una rica microbiota acuática y respuestas a variaciones climáticas pasadas que ayudan a entender mejor los fenómenos climáticos actuales.

Reservorios de biodiversidad

“En los ecosistemas subterráneos encontramos invertebrados y vertebrados fascinantes y misteriosos, entre los cuales, los más famosos, desde el punto de vista de los servicios ecosistémicos que prestan, son los murciélagos”, afirma Carlos Lasso, investigador sénior y líder de la Línea de Gestión de Recursos Hidrobiológicos del Instituto Alexander von Humboldt (Bogotá, Colombia).

Explica que estos mamíferos voladores “pueden llegar a comer cientos de kilos de insectos, que, de otra manera, podrían convertirse en plagas. También hay que mencionar a los murciélagos frugívoros, que contribuyen a la dispersión de semillas de plantas pequeñas y medianas”.

Otro elemento del subsuelo que Lasso destaca como objeto de estudio relevante es la microbiota acuática, entre la cual, él y su equipo, han encontrado bacterias de gran importancia, que convierten al recurso hídrico en un servicio ecosistémico de gran valor biológico, aprovechado por las comunidades.

Asociado al agua también están los peces, con alrededor de una decena de especies que pueden considerarse cavernícolas, bien sea porque pasan toda su vida, o parte de ella, en las cavernas.

Una ventana al pasado y al futuro

Otro aspecto de la investigación científica que podrá potenciarse con la Ley es el paleoclima, disciplina que estudia el clima del pasado y su relación con el del presente y el futuro.

La geóloga Verónica Ramírez, coordinadora del Laboratorio de Isótopos Estables, en el Instituto de Geociencias de la Universidad de São Paulo (Brasil), dice que las cavernas y los sistemas kársticos son, en sí mismos, laboratorios naturales que pueden ayudar a responder múltiples preguntas sobre las variaciones climáticas pasadas, así como en el contexto reciente de cambio climático, y en la interacción entre suelo, agua y atmósfera.

“Las cavernas nos ayudan a entender cómo procesos globales, como el calentamiento en los océanos, la disminución de los casquetes polares y los cambios en los gases de efecto invernadero, pueden afectar la composición geoquímica dentro de cavernas locales y cómo interactúan con los elementos dentro de ella, para generar alteraciones en las rocas, sedimentos y suelos”, afirma.

Y prosigue: “En escalas de tiempo mayores, las cavernas permiten entender qué ha pasado en los últimos miles de años, período en el que la Tierra ha seguido variaciones constantes y cíclicas en parámetros ambientales”.

La científica señala que el fortalecimiento de la legislación para la protección de cavernas en Colombia implica un control y acceso sostenible a estos ecosistemas, y les permitirá a los científicos pensar en proyectos de monitoreo a largo plazo, para evaluar los suelos, el agua y las variaciones en la atmósfera en estos ambientes.