70 Años de estudio de la IA: de la imitación a la innovación

México.

Gracias a una serie de técnicas, circuitos electrónicos y programas informáticos avanzados. La inteligencia artificial se manifiesta cuando las máquinas replican o imitan tareas y procesos que antes se creían eran exclusivos del ser humano.

El proceso masivo de información, así como la automatización de estas tareas, son dos de las bases que permiten que estas inteligencias artificiales existan.

“Cuando hablamos de qué tan inteligentes son las máquinas, pues es muy parecido. Cuando queremos juzgar qué tan inteligentes somos, pues tenemos que poner un criterio y un contexto. Pues independientemente de lo que entendemos por inteligencia tiene que ver con procesamiento de información. Digamos ya sí, ese procesamiento es inteligente o no, es otra cosa, pero a final de cuentas es información. Entonces no fue hasta que se desarrollaron las computadoras electrónicas en lo que se conoce como la revolución de la información, a mediados del siglo XX, que se pudo empezar a construir sistemas que podían más o menos imitar el procesamiento de información que nosotros tenemos y otros animales también tienen”, explicó el investigador, Carlos Gershenson.

Inteligencia cognitiva y lingüística

En 1956, en el Dartmouth College de New Hampshire, Estados Unidos, se llevó a cabo lo que se considera la primera conferencia académica sobre inteligencia artificial, por lo que este campo de estudio lleva cerca de 70 años en la palestra de distintas disciplinas como la informática, la computación y la ingeniería.

Algunos de los primeros ejemplos fueron el General Problem Solver de 1957, un programa que intentaba resolver problemas lógicos generales o el ELIZA de 1964, que fue de los primeros en simular una conversación entre un usuario y una máquina. Los automóviles que se manejan de manera autónoma o las bocinas domésticas que responden a nuestras conversaciones son algunos de los ejemplos de los últimos años.

“Y es cierto que su nivel de sofisticación ha aumentado y pues eso también tiene que ver, porque ya por mucho tiempo, cada dos años se duplica la cantidad de información que nuestra especie genera. Entonces ha habido un crecimiento exponencial tanto en la capacidad de almacenar como transmitir, cómo procesar información”, destacó Gershenson.

En semanas recientes, procesadores de textos autónomos han acaparado la atención sobre el alcance de las inteligencias artificiales. Con cada nuevo avance se generan dudas sobre la ética al usar estas aplicaciones.

“Y de alguna manera lo que a los humanos nos gusta de la inteligencia artificial es que sea capaz de hablar y de realizar funciones cognitivas como nosotros lo haríamos. Los robots nos hacen gracia, pero no nos interesan tanto. Ahora el chat GPT es lo que está más en boca y es lo que más nos asombra porque tiene esta parte de inteligencia lingüística”, concluyó la ingeniera, Gemma Bel Enguix.

Por: TV UNAM.