Miami, agosto 2018.-
La sonda Parker que partirá este sábado desde Florida con la misión de «tocar» por primera vez el Sol permitirá «corroborar o modificar» de una vez las teorías existentes sobre el astro rey, dice a Efe el científico español David Lario, que forma parte del equipo al que la NASA encargó su diseño.
Desde los años 50, la industria aeroespacial ha querido realizar una misión al Sol para resolver las incógnitas que esconde la estrella de nuestro sistema solar.
Para conocer al Sol hace falta «tocarlo», pero los instrumentos espaciales se derretían ante las temperaturas extremas del Sol, algo que la tecnología ha logrado superar ahora.
«Si la distancia entre el Sol y la Tierra fuera de un metro, llegaremos a estar a 4 centímetros», asegura el científico David Lario a Efe.
Lario, astrofísico de Badalona (Barcelona, España), seguirá desde Cabo Cañaveral el comienzo de la misión que le ha «robado» más tiempo desde 2008, cuando la NASA encargó la construcción de la sonda al Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (Maryland, EE.UU.), donde trabaja desde el año 2000.
Tras realizar su tesis en la Universidad de Barcelona, en la que trató la aceleración de partículas energéticas creadas por el Sol y pasar por la Agencia Espacial Europea, Lario desarrolló sus conocimientos en Estados Unidos.
«Al comenzar a diseñar la misión, había que conocer cuál era el entorno que la misión visitará. Mi primer trabajo fue definir el entorno en el que la sonda tenía que subsistir», explica el astrofísico catalán.
Un entorno de temperaturas extremas que evitarán mediante un escudo térmico que resistirá a termómetros de hasta 1.400 grados centígrados y que permitirá mantener los instrumentos de medición a temperatura ambiente (unos 30 grados centígrados).
La sonda solar Parker lleva el nombre del astrofísico estadounidense Eugene Parker, quien hizo en la década de los años 50 los mayores descubrimientos acerca de la corona del Sol, es decir su atmósfera, y desarrolló la teoría del llamado viento solar.
Parker, quien tiene 91 años, visitó el año pasado el laboratorio donde Lario y su equipo estaban desarrollando la sonda Parker.
«Lo llevamos donde se estaba construyendo la sonda. Hicimos lo de ‘Parker meets Parker’ («Parker conoce a Parker»). El Parker de verdad encontró a su sonda», explica Lario del científico que abrió el camino a la comprensión actual del astro rey.
Pero los científicos continúan desde entonces sin comprender, por ejemplo, por qué la corona solar llega a superar los dos millones de grados centígrados mientras que la superficie del Sol está a unos 6.000 grados.
«El problema del calentamiento de la corona solar lo arrastramos desde hace bastante tiempo. La única forma de corroborar o modificar las teorías que tenemos desde los años 60 es recogiendo los datos cerca del Sol», asegura.
Para ello, la sonda Parker orbitará 24 veces alrededor del Sol aprovechando el empuje de la gravedad de Venus para acercarse cada vez más al astro, hasta realizar sus tres órbitas más cercanas al Sol en el año 2025.
Los hallazgos de la sonda Parker aportarán, además de conocimiento científico, una aplicación práctica para la Tierra.
«Ha habido efectos producidos por el Sol que han afectado los satélites de alrededor de la Tierra. También afectaciones a las redes eléctricas o a instrumentos que utilizan el campo magnético de la Tierra», explica Lario de las llamadas «tormentas solares».
En el caso de poder predecir las eyecciones de masa solar, se podrían desconectar «momentáneamente» los satélites que orbitan alrededor de la Tierra para que no quedasen afectados sus componentes eléctricos, explica Lario, que ha estado trabajando en el proyecto durante los últimos diez años.
Aunque no todo es aplicación práctica, sino conocimiento para entender cómo funcionan otras estrellas que afectan a los planetas que éstas tienen a su alrededor.
«Hay científicos preocupados en definir si estos planetas pueden tener vida o no. Conocer cómo funciona nuestra estrella, nos permite saber cómo funcionan las otras», explica este participante en un proyecto calificado de «revolucionaria».
Desde el Centro Kennedy de la NASA, Lario tendrá otra misión el día del lanzamiento, aunque esta vez divulgativa.
El científico español tratará de explicar los complicados tecnicismos a los visitantes que se acercarán a Cabo Cañaveral con el deseo de presenciar el lanzamiento de un cohete que llegará a dónde nunca antes se ha llegado. Por: EFE/Mar Vila Pruneda
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