Francia. 

Doscientos años después de ser pintado, el retrato de un enfermo mental del siglo XIX, un cuadro inédito del artista del Romanticismo francés, Théodore Géricault, autor de La balsa de la Medusa, ha dejado el anonimato.

El cuadro pertenece a una serie de diez retratos conocidos como “monomanías” y de los que hasta el momento solo se conocían cinco, hasta que el año pasado el investigador de la Universitat Jaume I, Javier S. Burgos, identificara el sexto sobre la melancolía religiosa, identificado en una colección privada italiana.

“Hay varios aspectos que se relacionan con la serie. Evidentemente la composición del cuadro, pero también la paleta de colores, el tipo de pinceladas o las dimensiones. Pero lo que fue definitivo, es la etiqueta donde señalaba que se trataba de un enfermo pintado por Géricault”, dice Burgos a SINC.

En dicha etiqueta, que fue datada espectroscópicamente en la segunda mitad del siglo XIX, se puede leer: “Este retrato de un hombre loco pintado por Géricault me fue entregado por la viuda de D. Maréchal el 9 de noviembre de 1866, en París”.

El hallazgo se ha publicado en una carta de la sección ‘Correspondence’ de la revista The Lancet Neurology, que también se hizo eco del descubrimiento anterior del neurobiólogo en 2021.

Este séptimo retrato representa a un monomaníaco de la borrachera, un tipo de enfermedad mental, según los psiquiatras de la época. De esta forma, la borrachera se añade a las otras seis monomanías conocidas: la envidia, la fijación obsesiva, la ludopatía, la cleptomanía, el rapto de niños y la melancolía religiosa.

Según el artículo publicado, Jean-Étienne Dominique Esquirol, mentor de Georget y la persona que acuñó el término monomanía, utiliza cinco páginas para describirla en su texto médico y, en su tratado, Georget indicó que «el abuso de los licores alcohólicas acaba por provocar la demencia».

Además, identifica la embriaguez como una de las causas importantes de locura entre los pacientes del asilo de Bicêtre en Le Kremlin- Bicêtre, en Francia .

“En aquella época había diferentes tipos de purgas y métodos, ninguno de ellos efectivo. Hay que tener en cuenta que estamos en el comienzo de la psiquiatría moderna y es el momento en que se empieza a tratar a los pacientes como enfermos y no como endemoniados”, apunta el científico.

Este segundo cuadro oculto pertenecía a una colección privada y estaba depositado en una pequeña galería parisina desde hacía dos años.

El cuadro El hombre melancólico, de Théodore Géricault

El cuadro El hombre melancólico, de Théodore Géricault

Enfermos mentales del París del siglo XIX

Théodore Géricault pintó la famosa serie de diez retratos de enfermos mentales que estaban internos en psiquiátricos parisinos hacia 1823. De esos diez retratos se habían conservado cinco, expuestos en museos de primer nivel en el mundo.

Se cree que las razones que lo llevaron a pintar los cuadros, que reflejan de manera muy realista diferentes formas de ‘locura’, eran con fines terapéuticos. El doctor Georget le trató después de haber sufrido una depresión en 1819, pero también se plantea que fuera un encargo del médico al artista curado, para ilustrar distintos trastornos psiquiátricos.

De los otros cinco retratos conocidos se sabía de su existencia por una una carta publicada en 1863 por un famoso marchante de arte, que los habría hallado en un ático en Baden-Baden.

Con este descubrimiento salen a la luz dos de las cinco pinturas perdidas, y se avanza cada vez más en la identificación de la serie completa. De hecho, el investigador español continúa ahora con las pesquisas para poder completar la serie.

“Si se han encontrado dos, se podrían encontrar las demás. Por el momento no sabemos que otras monomanías faltan, pero confío en que se puedan identificar una vez las encontremos”, concluye Burgos.