Francia.

El efecto invernadero es un fenómeno natural indispensable para la vida en la Tierra. Parecido al efecto que generan los vidrios de un invernadero, permite mantener la temperatura promedio del planeta a más de 15 grados en lugar de menos de 18 grados.

La radiación solar atraviesa la atmósfera y una parte de ella se refleja en el espacio a través del aire, las nubes y las superficies blancas o claras como el hielo del ártico. El resto de la radiación solar es absorbida por la tierra. Una vez calentada, la superficie terrestre emite calor bajo la forma de radiación infrarroja.

Una parte de este calor es retenida por los gases de efecto invernadero que envuelven nuestro planeta. Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y el ozono. Estos retienen una gran parte de la radiación infrarroja enviada al espacio.

A estos gases se les suman los efectos invernaderos generados por la actividad humana, principalmente el dióxido de carbono, proveniente de la quema de combustibles fósiles y la deforestación, y también el metano, producido por la agricultura. Cuanto más aumentan los gases de efecto invernadero, la tierra retiene más calor de lo que debería y esto contribuye al aumento de las temperaturas y por ende al calentamiento global.