Panamá.

Frente a Panamá Viejo, el primer asentamiento europeo en la costa americana del Pacífico, ha crecido un manglar que aunque no deja ver con claridad la emblemática torre de la catedral de este sitio arqueológico que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, «es una bendición», protegiéndolo de las inclemencias meteorológicas acentuadas por la crisis climática.

«Con vientos fuertes que ha habido, la verdad es que el mangle protege al sitio», conformado por los restos de la antigua Ciudad de Panamá que fundó Pedrarias Dávila en 1519, afirmó la directora del Patronato de Panamá Viejo, Julieta Arango.

La crisis climática ya se siente en Panamá. Las dos estaciones que rigen en el país se han vuelto más intensas, con una época seca que este año se prolongó más de lo habitual y que estuvo precedida de lluvias especialmente torrenciales, acompañadas de vientos fuertes, que causaron inundaciones y deslaves en varias zonas del país.

El Patronato de Panamá Viejo mantiene un programa permanente de conservación que ha incluido la realización de estudios según los cuales «el sitio está hasta el 2050 perfectamente protegido, no tiene ninguna amenaza de inundaciones a lo que a cambio climático se refiere».

«Sí estamos iniciando conversaciones con el Ministerio de Ambiente para ir estableciendo políticas para más allá del año 2050. Y estamos procurando conservar la mayor cantidad de árboles porque el sol en Panamá es fuerte», añadió.

El Sitio Arqueológico de Panamá Viejo y el Distrito Histórico de Panamá, también conocido como el Casco Antiguo, son Patrimonio Mundial desde 1997. También están inscritos en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) las Fortificaciones de la Costa Caribe de Panamá: Portobelo y San Lorenzo (en la lista del Patrimonio en Peligro desde 2012).

Estos junto a los caminos coloniales que los unen: el Camino de Cruces y el Camino Real, forman parte La Ruta Colonial Transístmica, un nuevo sitio que Panamá ha propuesto incluir en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Proyectos de conservación y crisis climática

La directora de la Oficina de Casco Antiguo, Yesenia Sánchez, aseguró que desde el 2014 se ha estado preparando, con la participación de nueve instituciones, un plan de emergencia ante el riesgo de desastres.

«Ya tenemos un documento final que está por salir en un decreto ejecutivo, en el que se establece cuáles son esas medidas de emergencia ante el riesgo de desastre», aseveró.

Sánchez resaltó que este conjunto monumental está sometido a un mantenimiento «constante», bajo la óptica de un «estado de conservación amigable con la persona que lo visita» y que al mismo tiempo promueva una «cohesión con el ambiente».

La directora nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Linette Montenegro, dijo que el Estado panameño está «consciente de la situación del cambio climático» y que por ello «ha venido ejecutando proyectos en aras de evitar que este pueda impactar negativamente en los sitios» que son Patrimonio Mundial.

Parte de esos proyectos que «buscan minimizar el impacto negativo del cambio climático» son financiados con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), «principalmente en un sitio vivo como lo es Portobelo, donde hay una gran comunidad que puede disfrutar y utilizar toda esta plataforma cultural para el desarrollo de todas sus economías, recreativa y demás».

Por ejemplo, se han desarrollado estudios de las laderas del área de Portobelo, ya que hace años se dieron deslaves en el lugar que costaron además vidas y «que se quiere evitar que se repitan», afirmó.

«Mantenemos una comunicación continua con la Unesco, se entregan informes periódicos de la conservación de los sitios en los que se establecen distintos puntos, entre ellos la situación del cambio climático y cómo inciden en ellos», dijo Montenegro.

Estas iniciativas de cara a la crisis climática forman parte del trabajo que desde hace algunos años ejecuta el Ministerio de Cultura para «poner en valor los sitios patrimoniales que tenemos inscritos ante la Unesco».

Montenegro resaltó en ese sentido la restauración del Castillo de San Lorenzo o las investigaciones desarrolladas allí, que «han demostrado que Panamá tiene mucho potencial en arqueología, en historia».

«Estamos a la espera de las evaluaciones de los siguientes informes de conservación que ya pueden contar con todas las labores realizadas durante los años 2022 y este 2023, demostrando el gran avance que ha tenido Panamá en la conservación de sus sitios patrimoniales», agregó la funcionaria.