Francia.
Un aerogenerador produce electricidad gracias a la fuerza del viento, fuente de energía renovable, inagotable y gratuita. Existen dos tipos de instalaciones: el parque terrestre y el parque instalado en el mar. La torre del aerogenerador mide hasta 100 metros.
La hélice está compuesta por tres palas colocadas como las alas de un avión. Miden de 35 a 60 metros de largo y giran bajo el efecto de un viento de al menos 10 kilómetros por hora.
La barquilla sobre la cual está fijada se orienta de forma automática para estar siempre frente al viento. La velocidad óptima del viento es de aproximadamente 50 kilómetros por hora. Cuando supera los 90 kilómetros por hora, el aerogenerador se detiene por razones de seguridad.
En la barquilla, la hélice hace girar un eje y como su velocidad de rotación no es suficiente para generar electricidad, hay un multiplicador que aumenta esta velocidad hasta 1500 vueltas por minuto y la transfiere a un segundo eje que hace girar un alternador. Este alternador transforma el movimiento mecánico en corriente eléctrica.
En el interior de la torre, un transformador eleva la tensión de esta corriente a 20.000 voltios. La electricidad es enviada por un cable subterráneo o submarino hacia un transformador que aumentará su tensión para ser inyectada en la red eléctrica.
Un parque eólico es limpio, no produce desechos y se construye de forma rápida, pero tiene algunas debilidades: la energía eólica es intermitente, pues depende de las condiciones climáticas y el medio ambiente. Los aerogeneradores hacen ruido, no son muy estéticos para el paisaje y son peligrosos para los pájaros.
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