La irrupción de la inteligencia artificial (IA) conlleva el potencial de reestructurar aspectos centrales de la vida y el trabajo en América Latina, sobre todo en temas de inclusión social, salud y cambio climático.

Así lo plantean tres expertos consultados por SciDev.Net, que ponderan la decisión argentina de haber aprobado una disposición que busca abordar esos desafíos de forma “transparente, equitativa y responsable”.

La Subsecretaría de Tecnologías de la Información de ese país se basó en la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial de UNESCO, que plantea que la IA “ha creado muchas oportunidades globalmente, desde facilitar los diagnósticos de salud hasta habilitar conexiones humanas a través de las redes sociales”, pero también grandes preocupaciones.

Entre ellas, la recopilación de datos para entrenar a los algoritmos en áreas tan sensibles como causas penales, información médica y características personales como raza, género, edad, religión u opiniones políticas, muchas veces usados “como base para la publicidad dirigida y la manipulación del comportamiento”.

Los modelos de negocio de estos sistemas “están altamente concentrados en unos pocos países y un puñado de empresas, usualmente desarrollados en equipos de preponderancia masculina, sin la diversidad cultural que caracteriza a nuestro mundo”, critica la Recomendación.

América Latina y el Caribe tienen apenas el 1 por ciento de las patentes de IA en el mundo, revela un informe del Banco Interamericano de Desarrollo y el laboratorio de ideas C Minds.

Ante este panorama, es necesario fortalecer las capacidades regionales y nacionales, dejando atrás un modelo de “auto-regulación” que “ha priorizado los objetivos comerciales y geopolíticos por encima de las personas durante demasiado tiempo”, plantea UNESCO.

“Estas tecnologías están desarrolladas fuera de la región, pero no podemos quedar al margen ni ser solo proveedores de datos; tenemos que tener un rol más protagónico”, insiste vía telefónica Ernesto Fernández Polcuch, director de la oficina regional del organismo en Montevideo.

La mayoría de esos sistemas ni siquiera explican cómo llegan a sus resultados, agrega el funcionario, que califica a esa opacidad como “inaceptable”. Para combatirla, es necesario “comprender mejor nuestro rol y formar recursos humanos a la altura del desafío”.

En ese sentido, las Recomendaciones para una Inteligencia Artificial fiable aprobadas en Argentina proponen un ciclo de implementación que contempla la conformación de equipos multidisciplinarios, capacitaciones sobre el funcionamiento y las implicancias de la IA e instrumentos de control para identificar responsabilidades y promover rendición de cuentas.

“Están destinadas a todos los organismos del sector público, lo que no impide que puedan aplicarse en empresas e instituciones académicas”, aclara -también por teléfono- la subsecretaria Agustina Brizio.

Aunque reconoce que la llegada de la IA implica riesgo de pérdida de puestos laborales, también plantea que “las personas no se eliminan; se capacitan para sumar valor en otra escala del proceso”.